El comisario y jefe de la Comisaría de Eivissa, Àngel Marí, ha planteado las dificultades que tienen las fuerzas de seguridad para controlar las denominadas discotecas «de calle» y «de playa». Según explicó durante la celebración del Forum Europeo para la Seguridad Urbana, el primero de estos fenómenos es el que engloba a los bares que tienen música disco a niveles muy elevados y que pueden albergar a 40 ó 50 personas simultáneamente. En este tipo de locales, explicó el comisario, se consumen habitualmente barbitúricos o drogas sintéticas, señaló, y son lugares de paso previos a las grandes discotecas.

Por lo que se refiere a las discotecas «de playa», Marí comentó que en estos casos los problemas se derivan de la reglamentación horario, que permite que abran a las siete de la mañana y no cierren hasta las diez o las once de la noche. «Empezaron el año pasado y en este, han crecido más todavía», llegó a afirmar el comisario.

Según el responsable de la Policía Local de Eivissa, la existencia de este tipo de locales, que proliferan en la costa ibicenca, pueden incentivar el consumo de drogas, puesto que la gente cuando llega a ellos lleva ya más de doce horas de marcha.

El comisario puso como ejemplo de normativa eficaz la que se aplica en el País Vasco, donde las discotecas tienen que cerrar a las 6 ó 7 de la mañana y no pueden volver a abrir hasta la noche.