Las fiestas de Sant Rafel vivieron ayer su día más sabroso: el tradicional concurso de «cocas», tanto dulces como saladas, se convirtió en una de las actividades más concurridas. Sin embargo, el número de participantes no fue demasiado elevado, puesto que tan sólo siete cocineras se atrevieron a presentar sus creaciones al certamen.

Entre los platos que se presentaron dominaron los salados. Entre las más elaboradas destacaba una especie de empanada gallega en cuya cubierta se podía leer el nombre del pueblo. También las hubo más tradicionales y autóctonas, como la de trampó, o coca amb pebreres. El apartado de la repostería dulce corría a cargo de una impresionante graixonera y un pastel con almendras y azúcar glass espolvoreado.

El jurado lo formaban el director de la escuela de Sant Rafel; el presidente del club de fútbol; el presidente de la colla de ball pagès; la delegada de la oficina de la caja de ahorros «Sa Nostra» del pueblo y una persona escogida entre el numeroso público que debía ser la «persona más imparcial de todas», como la definió una persona de la organización.

Los actos festivos en Sant Rafel continuarán hoy con una gran torrada popular que se servirá a las dos de la tarde en el campo de fútbol de localidad. A la misa hora, está previsto que se inicie otra comida, pero en este caso sólo están invitadas las personas mayores del pueblo. A las seis de la tarde se oficiará una misa también en homenaje a todos los jubilados de Sant Rafel.