«Busco piso de alquiler para todo el año en Eivissa. Máximo 50.000 pesetas al mes». Anuncios como este se repiten en las secciones de clasificados de los periódicos durante semanas. En el otro lado de la balanza están las ofertas. «Se alquila piso. Sólo meses de invierno. 80.000 al mes». Lo confirman las inmobiliarias consultadas. «Encontrar una vivienda en alquiler para todo el año en la isla es casi imposible», señala una de sus responsables.

Las únicas ofertas para los doce meses se traducen en unos precios desorbitados, imposibles de asumir por el sueldo medio de un trabajador, a no ser que esté dispuesto a dejarse la nómina en el apartamento y sobrevivir el resto del mes a base de sopa de sobre. Tanto las empresas dedicadas a ofertar alquileres como la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) coinciden en que la causa principal de la escasez de la oferta es la prolongación de la temporada alta desde mayo a octubre.

«Todavía hay muchos turistas que tienen alquilados pisos de temporada, por lo que cada vez es más rentable acogerse a este sistema y más difícil encontrar vivienda para doce meses», corroboran. A esta situación se añade un nuevo problema: la llegada masiva de profesores a las islas. Lo normal es que los docentes ocupen las viviendas durante los nueve meses de curso y que las dejen libres para que los propietarios se aprovechen del verano. Sin embargo, este año muchos profesores se han encontrado con la mayor parte de los pisos ocupados todavía por los inquilinos veraniegos.