Sólo faltaba un rostro por actualizar y lo ha conseguido. Medio siglo de esfuerzo y dos años de trabajo incansable, de investigaciones y preguntas han logrado que la imagen cobre actualidad.

Desde el Consell Insular, instituciones particulares o gente anónima han colaborado para que «la chica misteriosa» deje de serlo y tenga un nombre: Josefa Vingut, una vecina de Sant Antoni a la que hace 50 años retrató Kurt Wentges. El martes, la escena se reproducirá aunque el cabello, los ojos y el cuerpo de la joven hayan almacenado amaneceres. El fotógrafo alemán vino a la isla en 1957 y se enamorá de sus paisajes, naturales y humanos. Ha regresado en varias ocasiones buscando algo más que un viaje en el tiempo: se trata de contar una historia que son ya muchas, englobadas en torno a un soñador que ha conseguido hacer realidad una ilusión que pronto tendrá, además, forma de libro y fiesta de gratitud.