J. MESTRE/ M. HERRERA El Govern balear aprobó ayer un anteproyecto de ley de medidas cautelares y de emergencia para frenar la presión urbanística que sufre Balears. Como consecuencia directa, Eivissa y Formentera se igualan a Mallorca en cuanto a la parcela mínima necesaria para construir en suelo rústico común, que queda fijada en los 14.000 metros. Además, el proyecto de ley suprime las excepciones para construir en este tipo de suelo en terrenos con superficies inferiores a 14.000 metros y superiores a los 7.000 metros.

Paradójicamente, esta norma deja una situación un tanto anómala en el panorama pitiuso. Según la Ley de Espacios Naturales, en las Areas Rurales de Interés Paisajístico (ARIP) la parcela mínima debe reunir al menos 10.000 metros. De esta manera, queda más protegido el suelo rústico que las ARIP que, en teoría, son lugares que precisan especial atención por su valor natural.

El Ejecutivo presentará en el Parlament dicho proyecto como una ley de lectura única, un sistema que los actuales miembros del pacto de progreso criticaron con dureza cuando fue aplicado por el gabinete de Jaume Matas para aprobar la moratoria turística. Los partidos políticos que ahora están en el Govern alegaban que una ley por lectura única sólo debe plantearse cuando existe consenso. El president Francesc Antich calificó de «necesidad» la aprobación de esta ley urgente.

Este proyecto legislativo prohíbe totalmente el uso edificatorio en la totalidad de las Àreas Naturales de Especial Interés (ANEI) y en la franja costera de 500 metros en las islas de Mallorca, Menorca y Eivissa y 100 metros en el caso de Formentera. Asimismo, la ley suspende la efectividad de los usos edificatorios destinados a vivienda unifamiliar de las parcelas de suelo rústico que han sido segregadas con posterioridad a la entrada en vigor de la Ley de Suelo Rústico.