Las cámaras abandonan Eivissa.

La isla dejará hoy de escuchar las claquetas tras casi un mes en el que los habitantes de Eivissa se habían acostumbrado a pasear entre focos o estrellas de la televisión británica. El escenario de la película «Kevin and Perry» se traslada de nuevo al Reino Unido donde culminarán las tareas que darán coherencia al film de forma que la historia de dos adolescentes (encarnados por actores que les doblan en la realidad la edad) que llegan con la idea de perder su virginidad, quede atada.

Todo ha transcurrido según los planes, a excepción de la fuerte tormenta que afectó el miércoles a Benirràs lo que supuso un retrato de tres planos sobre las previsiones, atrasos que intentaban recuperarse en las últimas horas con un intenso ritmo de trabajo. En dicha playa las labores se han prolongado a lo largo de tres jornadas, poniendo el punto y final a esta singular aventura.

La cuestión de los permisos trajo más de un quebradero de cabeza a los responsables que han tenido que luchar con una burocracia que les enviaba de un lugar a otro y aún así, « el último día y aún no contamos con los papeles pertinentes del ayuntamiento», señalaba el ayudante de producción, Fernando Monje. Un factor que ha supuesto que el miedo a un corte estuviese presente, «con los costes que ello conlleva», afirma.

Con respecto al presupuesto -cinco millones de dólares aportados por la compañía de Mel Gibsonha resultado justo para las necesidades de todos, lo que ha favorecido sin duda un ambiente agradable. Tal y como recalcaba Monje: «Deberíamos comenzar ahora porque es justo al terminar cuando la cohesión y la coordinación entre todos es mayor». No sería mala idea.