El presidente del Govern balear, Francesc Antich, anunció ayer a los alcaldes y representantes municipales de las Pitiüses que el objetivo de su Ejecutivo es conseguir que se unifiquen los diversos planes por los que los ayuntamientos reciben ayudas económicas y que estos sean menos rígidos de ahora en adelante. De hecho, el principal cambio que se plantea el gobierno progresista es eliminar la filosofía del Pla Mirall, de tal manera que si existen obras de infraestructura prioritarias para una ciudad o pueblo no tengan que quedar en un segundo plano porque sólo se financien las de embellecimiento. «Había alcaldes que no tenían más remedio que ejecutar estas obras, aunque no fueran las más necesarias para el municipio», explicó ayer el presidente autonómico. A partir de ahora, una red de alcantarillado, puso Antich como ejemplo, será prioritaria.

Antich se reunió en la tarde de ayer con representantes de todos los consistorios de las Pitiüses para establecer un primer contacto con ellos. El agua, las carreteras, o las deficiencias educativas fueron algunos de los temas que ocuparon el tiempo del encuentro. Por lo que se refiere a la primera de dichas cuestiones, el presidente reconoció las dificultades que atraviesa Formentera y consideró que «si no hay actuaciones de aquí al año que viene las restricciones podrían comenzar incluso en el mes de julio. Las soluciones, según apuntó ayer Antich, estarán incluidas en los presupuestos del 2000 y estarán encaminadas a poder producir más cantidad de agua.