La expresión quizás más vinculada con el calificativo «joven» en el arte, el cómic, ha encontrado a lo largo de esta semana su círculo de expresión en la sala de sa Cooperativa de Sant Antoni. Las gestiones del Ayuntamiento de la localidad, aprovechando sus fiestas patronales, han facilitado la ubicación de una peculiar muestra que, avalada por el programa Art Jove del Govern Balear, encierra todo el talento y la creatividad de veinte autores que apenas sobrepasan las dos décadas.

Suspiros existenciales ante la agonía de ser diferentes («La vida es bella» de Bartolomé Morey), el encuentro entre dos épocas («El llamp del temps» de Narciso Martos) o la conquista de Palma por unos extraterrestres («La conquista de Palma» de Harold Jiménez) son algunos de los temas expuestos a través de dibujos artesanales o la ayuda de un ordenador que se han confeccionado para un certamen que ganó Guillem March Dols gracias a «Requiem for Pichurri» una divertida historia sobre la muerte y la cobardía y contó con menciones especiales para tres de los concursantes.

Fórmulas para divertirse siendo un avión de papel (Elena García con «El rollo»), el sonido de un móvil como único signo de vida tras una expresión nuclear (Roberto Pascual de la Torre con «Historias Rabinas) o cuestiones de actualidad que abordan el fenómeno de la televisión basura (Margalida Oliver Vidal), conforman los dibujos y siluetas que pueden verse hasta el próximo domingo en un recinto que encierra, apartes iguales, imaginación, escepticismo e ironía. El resumen de los cuadros es una síntesis de sentimientos encontrados que provocan desde risas hasta angustia. Trascendencia o cotidianidad se disfrazan con pinturas en blanco y negro su mayoría y lenguaje universal con palabras en castellano y catalán.