Joan Buades reconoce que se siente como «un niño con zapatos
nuevos». Todavía no ha tenido tiempo de personalizar su despacho,
en el que echa en falta un ordenador que le facilite el trabajo y
la preparación de documentos, algo a lo que estaba acostumbrado en
Els Verds, donde se destacaba por facilitar a la prensa amplios
dossieres de información. Buades está «ilusionadísimo», y no sólo
por el puesto que él ha conseguido, sino porque, además, tiene
compañeros de partido en la concejalía de Ciudad Sostenible del
Ayuntamiento de Eivissa y lo que aún es más significativo, en la
Conselleria de Medi Ambient del Govern balear. «Mucha gente que
todavía no nos ha votado está contenta de que Els Verds estemos
haciendo gobierno», dice el conseller. Aún así, reconoce que hay
quien piensa que con su llegada se va a acabar la posibilidad de
llevar adelante cualquier proyecto urbanístico: «Hay miedo en
algunos sectores, especialmente en sectores económicos. Pero es un
miedo irracional, porque los ecologistas, allí donde han gobernado,
han demostrado una gran capacidad técnica para hablar de problemas
y de cosas que afectan mucho a la gente». Buades desmiente que la
llegada al poder de gente ecologista vaya a significar algún tipo
de «radicalismo». Todo lo contrario, está convencido de que son
personas que saben encontrar soluciones para los problemas de las
Islas.
"Su Conselleria es de nueva creación, ¿eso le va a dar más
trabajo que al resto de sus compañeros de equipo de gobierno?
"No. Supone un reto muy importante, porque hacía 16 años que no se
hacía nada en materia de Medi Ambient y Ordenació del Territori y
eso significa que hay que empezar desde el principio. Tenemos la
ventaja de que no hay vicios adquiridos y que podemos crear un
organigrama con gente capacitada para hacer cosas que valgan la
pena. Todo lo que se haga bien lo habremos hecho nosotros, mientras
que no tenemos ninguna mala herencia.
"¿Qué funciones tendrá la Conselleria ya que actualmente no
tiene casi competencias?
"Competencias, ahora, hay pocas. Un ejemplo: es desolador que de
los 3.400 millones de presupuesto del Consell sólo dos están
destinados a medio ambiente. Pero hay una serie de compromisos
adquiridos, como por ejemplo que de aquí a Navidad se contratará un
licenciado en ciencias ambientales y un biólogo. También tenemos el
compromiso del Govern de que el año que viene habrá una encomienda
de gestión que permitirá que los espacios naturales se lleven desde
aquí y que los funcionarios que trabajan para el Govern pasen a ser
competencia nuestra. Esto sólo se hará en las Pitiüses porque son
los sitios más destrozados. Por último, en enero se recibirán las
competencias de ordenación del territorio, que permitirán hacer los
planes territoriales parciales y diseñar el futuro urbanístico.
Esto es una gran satisfacción y un importante compromiso.
"¿Cuáles serán los criterios en que se basarán dichos
planes?
"El primero es el consenso; no se hará nada contra la mayoría de la
sociedad. El segundo es que todavía estamos a tiempo de tener unas
Pitiüses sostenibles y con unos espacios naturales que sobrevivan a
la presión urbanizadora; todavía estamos a tiempo de tener un suelo
rústico con usos agrícolas significativos y todavía podemos dar un
futuro laboral a los menores de 35 años que no se les condene a
trabajar como camareros o como picapedreros sin cualificar. La
juventud de las Pitiüses tiene derecho a un futuro donde los
puestos de trabajo tengan que ver con la naturaleza, la telemática,
la agricultura ecológica, etc. Si hubiéramos llegado cinco o diez
años más tarde no hubiera quedado nada por proteger, no habría
quedado agua.
"El primer problema con que se encontró al llegar fueron las
obras en Cala d'Hort, ¿está satisfecho con la solución?
"Sí, es una solución transitoria, pero estoy muy contento porque
desde el Consell se consiguió que en 27 horas el Govern balear
hiciese una orden, basada en legislación ambiental, de paralización
cautelar de cualquier elemento que pudiese amenazar el futuro de
Cala d'Hort. Esto no había pasado nunca en 20 años de democracia y
demuestra el compromiso de Antich y de Pilar Costa de hacer del
medio ambiente un punto crucial de su gestión. El futuro de Cala
d'Hort, lógicamente, pasa por legislar y poner en marcha una
protección definitiva e integral de este espacio.
"¿Seguirá vigilando de cerca lo que se hace en Sant Josep?
"Yo soy conseller de seis municipios, pero hay que reconocer que
Sant Josep tiene un tercio del territorio y es allí donde hay más
preocupación por el nivel de destrozo ambiental y la falta de
preocupación del equipo de gobierno tiene que cambiar. Pero nuestra
hipótesis de trabajo es no hacer oposición desde el Consell, sino
hacer entender al PP de Sant Josep que estamos en una etapa de
cooperación y que tendrán toda la colaboración que podamos dar. A
cambio, exigiremos que la gestión política no se confunda con el
abandono de sus responsabilidades en temas como el agua, el
urbanismo o el territorio.
"También tendrá que hacer frente al problema del vertedero de
Cala Llonga. ¿Aprovechará el proyecto que había realizado el
Partido Popular para reformarlo?
"No lo conozco profundamente todavía y, de hecho, la semana que
viene está prevista la visita del director general de residuos del
Govern para ver de cerca los vertederos. El terreno en el que está
situado el vertedero es muy poroso y difícilmente puede
impermeabilizarse, que es precisamente en lo que se basa ese
proyecto técnico. Si hablamos de invertir 1.500 millones, no del
conseller sino de los ciudadanos, en un proyecto que está basado en
impermeabilizar un terreno que geológicamente es poroso, hay que
mirarlo con mucho cuidado, no sea que tiremos 1.500 millones y
luego no se resuelva nada.
"¿Es compatible el actual modelo turístico con la preservación
de espacios como la Reserva Natural de ses Salines?
"Es que la Reserva, de momento, sólo existe sobre el papel, porque
no se ha hecho en ella una gestión ambiental. Hasta ahora, se ha
permitido al sector turístico masivo que dejara en espacios
protegidos a cientos de miles de turistas. La Reserva tendrá un
plan de usos que contemple el uso turístico y éste servirá a los
empresarios de calidad para que el paquete turístico cueste más y
se impida la masificación y la destrucción.
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