Ya han dado comienzo las vacaciones oficiales de los Reyes de España en Mallorca. Ayer por la tarde llegaron a la base militar de Son Sant Joan en un vuelo que hizo escala. La Reina salió de Madrid en un avión con rumbo a Valencia, donde se encontraba don Juan Carlos para echar un vistazo al navío Bravo España que va a participar en la Copa América. Allí lo recogió y, juntos, se dirigieron hacia la Isla para disfrutar del mar, el mayor de sus hobbies. No cabe duda de que don Juan Carlos participará una vez más en la Copa del Rey.
En la base militar les esperaba el recién estrenado president del Govern balear, Francesc Antich. Algo nervioso y con ganas de quedar bien, no paraba de atusar su traje gris marengo. Mucho más tranquilo estaba el presidente del Parlament, Antoni Diéguez, que adoptó la postura de guardia jurado "manos cruzadas por detrás" y no la abandonó hasta que los Reyes se acercaron a saludarles. También les dieron la bienvenida la delegada del Gobierno, Catalina Cirer, y el alcalde de Palma, Joan Fageda, más acostumbrados a este tipo de actos.
Los nervios traicionaron en algunas ocasiones a Francesc Antich y Antoni Diéguez, tensos en un baile en el que nunca habían participado. Cuando el Rey colocó a las autoridades para la foto oficial, el presidente del Parlament pasó por delante de los allí reunidos, en vez de hacerlo por detrás, como mandan los cánones. El nuevo president del Govern balear, que recibió una cálida enhorabuena de Sus Majestades, también tuvo un desliz. Al despedirse de doña Sofía, su subconsciente le jugó una mala pasada y no dudó en darle unas palmaditas en el hombro en señal de afecto. Son, sin duda, faltas perdonables y que seguramente no se darán dentro de unas semanas cuando despidan a los Reyes, pues las tensiones se habrán relajado y ya estarán más acostumbrados a torear en este tipo de plazas.
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