Syliane Stela y el pintor José Bascones.

Sobre las nueve y media de la noche del sábado, Syliane Stela estaba tristísima. Frenaba las lágrimas como podía, pero no podía disimular la pena que se le asomaba por sus bellos ojos. A esa hora, poco más o menos, su hijo Fabrizio, se habría casado ya «con una señorita que no conozco, ni sé quien es, pero que ella, a lo que se ve, si sabe quien soy yo, pues ha dicho que Fabrizio está falto de cariño de madre, Vamos, opina como si me conociera de toda la vida, cuando yo, repito, no sé quien es ella.»

Iban a salir ella y Jorge Bascones, no sé si los padres de éste, el pintor José Bascones y su esposa, a cenar, aunque ya no parecía tener muchas ganas.
Pero ¡qué le vamos a hacer! La vida debe de seguir, la animamos. «Sí, claro, va a seguir, pero de qué modo. A mi me cuentan que me va a pasar estos cinco años atrás y no me lo creo. Un hijo y una madre pueden enfadarse, incluso estar una temporada sin hablarse, pero llegar a los extremos que ha llegado Fabrizio, que no me invita a su boda y encima dice que no me quiere ver aunque, señala, que si me viera mal me echaría una mano... ¡menos mal! aunque más mal que ahora no creo que esté, digo que me esperaba cualquier cosa, menos esta
-¿Y...?
-Pues nada. De mi boca no saldrá nada contra él. Al fin y al cabo es mi hijo y el único culpable de esta situación es José Luis por permitirla. No por mi, si no por él, por Fabrizio, José Luis tendría que haberse opuesto a que continuara todo esto. Pero esta claro que él le gusta, y tampoco lo entiendo, pues no me cabe en la cabeza que habiendo vivido tantos años juntos, me haya enfrentado a mi hijo de este modo, cuando lo que tendría que haber hecho es todo lo contrario.

-¿Ha ido el padre de Fabrizio a la boda?
-Ni su padre, ni nadie de nuestra familia, ni siquiera la abuela, la que él ha dicho tantas veces que tanto quiere, ha recibido ni una letra.
-¿Qué pasará mañana si tu hijo recapacita y vuelve a ti?
-Pues que aqui le estaré esperando. Daremnos vuelta a la página y reanudaremos el camino que nunca tuvimos que interrumpir.
-¿Sin resquemores...?
-¡Pero que resquemores! Si Fabrizio está influenciado por José Luis. l Pedro Prieto / Fotos: Michel's