En pleno verano cualquier chiringuito de playa, restaurante o bar turístico tiene como pilar fundamental de la hostelería al camarero. Jóvenes intrépidos que corren rozando las mesas con los pedidos que hacen las delicias del visitante. Rara vez se equivocan y aún más insólito es verles caerse con la bandeja incluida.

El pasado fin de semana los organizadores de las fiestas locales de Portinatx rindieron homenaje a esta dura profesión. Pensaron montar un concurso en el que prevalecía la rapidez y el equilibrio. Se trataba de recorrer, con una bandeja repleta de vasos llenos de agua, un circuito de 400 metros sin que cayera ni una sola gota y en el menor tiempo posible. Tomaron la salida nueve voluntarios. Y entre ellos el joven de 19 años, Javier Marí. Ataviado con su camisa blanca y empleado en el negocio familiar del Restaurante Buenavista, cercano a la Playa Grande del municipio, llegó en tercer lugar pero con una sutil diferencia: la bandeja intacta y el agua de los vasos bien arriba. Fue el ganador del concurso y por ello recibió un lote de regalos, copa conmemorativa incluida. Este chico, natural y residente en Portinatx, lleva desde muy joven sirviendo en el negocio de sus padres. Desde pequeño ha mamado el oficio y aquí se ha quedado para trabajar, ganar dinero y disfrutar del verano. «Aunque en invierno permanecemos abiertos esto queda muy aburrido. Pero bueno, seguimos adelante y con ganas de que la gente coma bien», asegura.