Una moderna rampa de acceso permite que el viajero se desplace hasta el interior del habitáculo sin ningún problema. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

El transporte público en la isla de Eivissa ha abierto sus puertas a los residentes con discapacidades físicas. Desde hace más de una semana, tres autobuses de línea regular han adaptado sus infraestructuras para acoger en su interior a pasajeros en silla de ruedas.

Desde fuera, estos autocares ofrecen el mismo aspecto que los no adaptados. No obstante con un simple vistazo a su habitáculo se advierte la diferencia, ya que se ha acondicionado el centro del vehículo para poder transportar dos sillas de ruedas. Estas plazas se ubican justo frente a la rampa, y cuentan con un cinturón de seguridad y un pulsador de llamada de parada a la altura de del viajero.

La rampa de acceso ha sido importada desde Estados Unidos y fue instalada por una empresa de Barcelona, especializada en la adaptación de coches para personas con minusvalías físicas. Su mayor ventaja radica en que el chófer puede accionarla desde el puesto de conducción. Además, cuenta con un mecanismo que impide que se pliegue o despliegue si el vehículo no se encuentra totalmente parado.

Las líneas que cubren estos autocares son tres. El de la empresa Autobuses San Antonio viaja entre Eivissa y Sant Antoni. Por otro lado, el vehículo de Herederos de Francisco Vilás realiza el trayecto entre Eivissa y Santa Eulària. Por último, Voramar el Gaucho se ocupa de las travesías urbanas dentro de la ciudad de Eivissa, desde Can Misses hasta Talamanca.