Miquel Fornés nació en Muro (Mallorca), pero abandonó su ciudad natal hace cincuenta años para marcharse a Santa Fe (Argentina). Mantiene sus raíces, ha visitado su ciudad natal con la operación Añoranza y habla un perfecto mallorquín. El próximo 13 de junio votará en Formentera «porque mi mujer es descendiente de allí, y además me tira mucho, incluso se está hablando en el Casal Balear de comprar una casa allí», afirma. Cuando fue al consulado español en Santa Fe, decidió inscribirse en Formentera por estos motivos. «Cada uno de nosotros pudo elegir donde quería votar en estas elecciones», señaló Fornés. Este hijo de mallorquines reclama a los políticos «que se nos tenga en cuenta, que nos apoyen más, no sólo cuando hay elecciones».

El caso de la también argentina Holga Fernández es distinto. Ella es hija de un inmigrante gallego, pero también ha escogido votar en Formentera. «Tengo muchas simpatías hacia estas islas, hay amigos que han estado aquí y me han hablado muy bien. En cuando tenga oportunidad, vendré a visitarlas», explica. A pesar de no tener ascendentes de las Islas, se declara «muy vinculada» al Casal Balear de Santa Fe, donde suele realizar bastantes actividades.

Estos dos inmigrantes se mantienen bastante ajenos a la polémica suscitada por la inclusión en el censo de Formentera de 74 ciudadanos argentinos. «No lo conozco bien, pero creo que esto se está manipulando», añadió Hernández.