Rakú significa felicidad, símbolo de un sentimiento de luminosidad que se refleja en el tratamiento de la cerámica en una original técnica de diseño que dota a las piezas de un color y una apariencia brillante.
Este original método fue importado de China a partir de Japón, y se extendió por toda Europa ante la fogosidad y belleza que demuestran los trabajos que han seguido el diseño.
En principio, los pasos a seguir no son complicados pero se precisa de herramientas poco comunes. El taller de Carlos Icardi en Sant Rafel, por ejemplo, es uno de los escasos sitios donde puede disponerse de un horno de gas que facilita las labores de este proceso.
Las fases a seguir son las siguientes: partiendo de una obra horneada, se cubre con esmalte y se introduce en el horno de donde, transcurrido el tiempo correspondiente, se extrae con unas pinzas. Entonces se trata con serrín, sustancia que modificará la apariencia del barro. El resultado: tonos dorados y plateados que dotan de una gran vistosidad y originalidad a la artesanía. Todas estas virtudes han sido mostradas por los maestros Carlos Icardi y Toniet a sus aprendices en los talleres que ahora exponen sus trabajos en Sant Josep. El horario de visitas de la muestra es de siete a nueve de la tarde hasta mañana.
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