Los comerciantes del Mercat Nou de Eivissa no están plenamente
satisfechos con la reforma de este gran espacio. Como es habitual
cuando se realiza una obra de gran envergadura que afecta a muchas
personas hay opiniones para todos los gustos y si unos están poco
satisfechos con la duración de los trabajos, otros están molestos
por el hecho de haber tenido que cerrar su puesto durante casi dos
meses. Sin embargo, en las últimas semanas, ha sido el cambio del
pavimento lo que ha sembrado la discordia, puesto que lo que para
unos es un suelo bonito, «que lucirá mucho», para otros es «un
auténtico desastre que no se verá limpio nunca».
Las baldosas que han dividido la opinión en el Mercat Nou son de
color blanco y sus principales detractores son los pescaderos. La
mayoría opina que, debido a las especiales características de sus
locales de venta, donde el genero está cubierto de hielo para
mantenerse fresco, el suelo estará siempre lleno de agua lo que,
unido al paso de los carros y las pisadas de la gente, convertirá
la zona en «una auténtica guarrería». De esta opinión es José, por
ejemplo, un vendedor que también echa muy en falta los desagües que
tenían en la base los puntos de venta de pescado. «No puedo
entender cómo lo han hecho todo al revés. El otro día una señora
resbaló y se cayó al suelo», explica este pescadero.
Lógicamente, hay opiniones de todo tipo y, por ejemplo, un
frutero señala que a él le parece que el suelo «está bien». Como
otros muchos, él considera que el aparcamiento que se está
construyendo es la parte más importante de la reforma, la que
fomentará que más gente vaya a comprar al Mercat.
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