Aitor Morrás durante su etapa como teniente de alcalde de Vila. | R.I. - Archivo

El antiguo dirigente de Podemos en Ibiza Aitor Morrás es quien ocupa la nueva plaza de inspector de turismo en el Consell de Formentera. El que fuera diputado autonómico en la legislatura 2015-2019 y teniente de alcalde de Ibiza en la 2019-2023 ha empezado a trabajar este mes en Formentera.

El antiguo líder de Podemos en la capital ibicenca fue apartado por su propia formación de la primera línea política y según avanzó este miércoles Radio Ibiza Morrás se ha convertido en el primer inspector de turismo de la pitiusa del sur. Un trabajo que inició el pasado 5 de agosto y que se alargará hasta el mes de octubre, según señaló el conseller de Turismo de Formentera, Artal Mayans, en una entrevista en Ràdio Illa.

Por el momento, de la veintena de inspecciones a supuestos pisos turísticos Morrás ya ha levantado dos actas. Tras la toma de posesión, se llevó a cabo un sorteo aleatorio para decidir las primeras zonas a inspeccionar para «garantizar la neutralidad del trabajo», señaló el Consell de Formentera en su día.

El equipo de gobierno tiene como «prioridad» para esta legislatura «acabar con la oferta turística ilegal en Formentera» y por eso ha llevado a cabo esta contratación.

Aitor Morrás, como inspector de turismo, tiene rango de autoridad, lo que además le permite realizar reservas para «comprobar y verificar» las sospechas de alquileres turísticos ilegales.

Se dio de baja de Podemos

Aitor Morrás anunció que se daba de baja de Podemos el pasado mes de febrero tras diez años de militancia en la formación morada. El exdirigente podemita también se presentó a las pruebas para conseguir la licencia de taxista en el municipio de Ibiza. Cabe recordar que la gestión de Morrás al frente de la concejalía de Movilidad en la pasada legislatura, con el socialista Rafa Ruiz como alcalde, fue muy criticada por el sector ya que introdujo un calendario de descanso semanal obligatorio en verano. Otro de los conflictos con el sector surgió por la utilización del GPS, que acabó en un acuerdo con el sector para que taxistas de otros municipios no pudieran cargar clientes en la ciudad a través del operador del GPS.