Xicu des Moliner, este jueves por la mañana, ya en su domicilio de la Mola. | Toni Ruiz

Xicu des Moliner tuvo en vilo el pasado miércoles a formenterenses e ibicencos durante horas. Según dice, cuando zarpó el mar «estaba plano como un espejo» y asegura que no llegó a escuchar ningún aviso o alerta sobre la DANA que iba a azotar Formentera durante la mañana del miércoles. Xicu insiste en que todas las alertas eran a partir de las 14 horas «y en ningún momento hacían referencia a aquellos vientos huracanados. Me cogió desprevenido».

En una conversación mantenida este jueves con el periodista Toni Ruiz de Formentera Ràdio tras salir del hospital, Xicu bromea asegurando que ahora deberá pasar su aniversario al 14 de agosto y reitera que «tuve mucha suerte dentro de la desgracia porque no pensaba poder contarlo». Según reconoce, temió seriamente por su vida. «He vuelto a nacer», manifiesta.

El pescador, quien permaneció en el mar más de siete horas, relata que, cuando zarpó, el viento estaba en calma, aunque después la fuerte corriente marina se lo puso realmente complicado. «Aunque nadara a contracorriente, me alejaba y me llevaba hacia fuera», recuerda.

Consciente de que se le estaría buscando en el lugar donde se hundió su embarcación, finalmente «tuve la suerte de que vi una zodiac que venía hacia mí. Levanté un brazo, su ocupante otro y fue mi salvador, aunque todos lo han sido, los que estaban allí y los que estaban en otros lugares pensando en mí. Sólo puedo dar las gracias a todos».

El pescador sabe que su rescate fue posible gracias a la implicación de sus colegas y destaca que ahora se ha visto más que nunca la necesidad de contar con una barca de Salvamento Marítimo en la isla de Formentera, algo «notorio cuando hay hechos así».

El hundimiento

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Al relatar el hundimiento de su ‘llaüt', explica que notó algo «que nunca hubiera imaginado» puesto que sintió un cambio de temperatura «súper brusco, con un descenso de la temperatura bestial» y un vendaval «como nunca vi». «Yo iba aguantando en proa y vi a un joven con un kayak. De repente, apareció una especie de manga o una racha muy fuerte y el ‘llaüt' se puso de lado y se giró como si fuera una peonza, quedando en dos segundos con la quilla hacia arriba. Yo caí al agua», rememora Xicu, quien pudo agarrarse al puente de hélices y subir después a la pequeña plataforma que estas embarcaciones tradicionales suelen tener en la popa.

«El ‘llaüt' duró después dos o tres minutos y se hundió», lamenta. Tampoco tuvo tiempo de coger el chaleco salvavidas. Los ocupantes de otros dos veleros cercanos escucharon uno de sus gritos de socorro, aunque la fuerte corriente le alejó e impidió el rescate.

Como pescador profesional, en otras ocasiones había tenido que combatir fuertes rachas de viento o bancos de niebla, pero nada como lo vivido el miércoles.

Este vecino de la Mola, tras ser rescatado, permaneció la noche del miércoles en el hospital, donde ingresó con signos de hipotermia. Ahora, se recupera de algún que otro dolor en su vivienda y junto a su familia.

Desde allí, resalta la labor de todos sus compañeros que se volcaron para rescatarlo sano y salvo. «Gracias a ellos estoy aquí», no deja de repetir. Por el momento, no confirma si pronto va a volver a salir al mar, «aunque si no salimos al mar en esta isla, mal vamos».