El pasado lunes, el sumiller Brice Michaud se proclamó Mejor Sumiller de Baleares 2025 en el campeonato organizado por la Asociación Balear de Sumilleres (ABS). Es la primera vez que un profesional afincado en Ibiza consigue este título, lo que le garantiza una plaza en la final nacional que se celebrará en abril en el Salón Gourmet de Madrid.
De origen francés y residente en Ibiza desde hace tres años, este reconocimiento tiene para él un doble significado: «Competir y ganar en un país que no es el mío, en una lengua que no es la mía, lo hace aún más especial».
El certamen, que se celebró en la Escuela de Hostelería de la UIB, se divide en distintas fases. En la primera, los participantes tienen que realizar un test teórico de unas 50 preguntas, seguido de una cata a ciegas de un vino blanco, un vino tinto y un destilado. Solo pasan a la final los tres mejores, pero este año un empate en la tercera posición hizo que pasase a la final un cuarto aspirante.
En esta fase comienzan las pruebas prácticas, como una decantación, una corrección de una carta de vinos errónea, una propuesta de maridaje y una descripción oral de un vino. Para Michaud, la parte más difícil fue la decantación: «Es un ejercicio complejo porque hay que abrir el vino frente a los comensales, utilizar una vela para la decantación y explicar el vino mientras se sirve».
El jurado estuvo compuesto por Daniel Arias, presidente de la ABS, Joan Arboix, jefe de servicio del grupo Santi Taura, y Gabriel Lucas, Mejor Sumiller de España UAES 2021.
Con esta victoria, Brice Michaud tiene pase directo al Campeonato Mejor Sumiller de España 2025. Además, en los últimos meses ha ganado la segunda edición del ‘Sparkling Wine Master’, una competición que reconoce al mejor sumiller de vinos espumosos de España, y en los próximos días realizará al examen para el Diploma de la Asociación Internacional de Sumilleres, una de las pruebas más prestigiosas del sector.
Sin embargo, para conseguir estos logros hay una gran preparación. «Llevo dos años estudiando cada noche unas tres horas después del trabajo», destacó. «Además de la experiencia en el restaurante, es un esfuerzo extra que requiere constancia y sacrificio».
Michaud subraya que la motivación para competir le llegó gracias a su mujer, quien le animó a inscribirse en los concursos. «Me dijo que tenía nivel para hacerlo y me empujó a intentarlo», contó. Para quienes desean seguir sus pasos, aconseja entrenar la gestión del estrés y tener un fuerte espíritu competitivo.
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