Un momento de la rúa de Carnaval de Santa Eulària. | Irene Arango

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Santa Eulària celebró este martes un Carnaval donde la fiesta y la reivindicación se unieron en una rúa con la participación de 22 comparsas. Más allá del despliegue de disfraces y carrozas, el desfile estuvo marcado por mensajes sociales y medioambientales, desde el impacto de la industria textil en el planeta hasta la necesidad de proteger el mar y cuidar a los residentes de Ibiza.

La fiesta arrancó con la Fundació Deixalles, cuyo mensaje sobre el consumo de la industria textil no pasó desapercibido. Bajo la pancarta ‘La roba ens menja’, los integrantes del grupo llevaban carteles con datos impactantes, como el hecho de que el sector textil genera más emisiones de CO₂ que el transporte marítimo y aéreo juntos. Para reforzar su mensaje, crearon un contenedor de reciclaje de ropa, mientras sonaba Atrévete, te, te de Calle 13. A ellos le siguieron las entrañables figuras de Epi y Blas, y Jessie y el señor patata de Toy Story.

Entre los disfraces más originales destacaron los miembros de la Asociación de Vecinos Es Pratet, que convirtieron la comparsa en una gran paella viviente. Vestidos de arroz, gambas y limón, desfilaron junto a dos enormes envases de cartón que simulaban los paquetes de arroz de La Fallera y SOS. También sorprendió una niña que, en solitario, desfiló con su disfraz de globo aerostático.

El mensaje de reivindicación también estuvo presente en el grupo La miel del Carnaval, donde madres e hijos se disfrazaron de abejas y apicultores para lanzar una frase contundente: ‘Sin viviendas y sin colmenas, ibicencos y abejas a duras penas’, en referencia a la crisis habitacional en la isla.

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La escuela de danza Lorena Riera apostó por una propuesta vikinga, con una carroza en forma de barco y caracterizaciones con trenzas y rostros pintados de negro. Por su parte, el CEIP Jesús centró su mensaje en la conservación marina con un desfile repleto de tortugas, peces globo y submarinistas, acompañados de una ballena en su carroza y el lema ‘Cuidem la mar’.

Uno de los momentos más llamativos del desfile lo protagonizó el CEIP Sant Ciriac, que convirtió su comparsa en una feria ambulante. Disfrazados de caballitos de carrusel, autos de choque y cucuruchos de feria, recorrieron la rúa al ritmo de la famosa canción ‘Cuanto más acelero’ de Javi Cantero.

Tampoco faltaron las referencias a la cultura actual, como el grupo de chicas disfrazadas de tarta de dieta keto, que al juntarse formaban el pastel entero, o la academia J.V Dance, que llevó la velocidad a la rúa con una carroza inspirada en la Fórmula 1, con un coche de Ferrari y bailarinas vestidas de azafatas de carreras.

Entre tanto color y diversión, el grupo Arabipoly se llevó los aplausos con su particular versión de Monopoly adaptado a Santa Eulària, con billetes, cartas de caja fuerte y hasta una cárcel con ladrones dentro. La comparsa creó incluso su propia canción, con versos sobre el municipio que decía ‘Santa Eulària del Rio con sus calles de festival jugamos y reímos celebrando el carnaval’.