Imágenes de la celebración. | Maga López Arriazu

Sant Vicent de sa Cala ha vivido este viernes por la tarde una doble celebración. Por un lado, rindieron homenaje a su patrón y, por el otro, el pueblo comienza a conmemorar el 40 aniversario de la Colla de Labritja.

A las 18.30 horas de este viernes daba comienzo la santa misa en la parroquia, seguida de la procesión a la que acudieron las autoridades políticas de la isla. Acto seguido dio comienzo el ball pagès a cargo de la colla Labritja y la degustación de los típicos productos locales que nunca faltan, como son las orelletes, bunyols y el vi pagès. Al finalizar la celebración en la plaza de la iglesia, se abrieron las puertas de una exposición que hace un viaje a través de imágenes e historias sobre la vida de la Colla de Labritja, que celebra su 40 aniversario.

Aniversario

La Colla de Labritja está conformada por vecinos de Sant Llorenç, Sant Joan y Sant Vicent. «Cuando se fundó la colla se empezó con una docena de socios y ahora somos 65», contó María Marí Marí, presidenta de la agrupación y de la Federació de Colles d’Eivissa.

Vicent Planells fue uno de los primeros profesores de esta colla y así lo propuso a la directora del colegio Labritja: «Me busqué un hombre mayor que tocaba el tambor y la flaüta, que además tenía coche y yo no. Yo le dije a la directora de impartir clases del baile típico, para sembrar la semilla folklore ibicenco», expresó.

El sonador era el conocido luthier Pep Mossènyers. Planells aseguró que esta pasión «la llevaba en la sangre» por su abuelo y su padre. En enero de 1984 empezaron a impartir las clases y en abril debutaron en Sant Vicent. «Venían alumnos de entre 10 y 15 años; era un grupo de 12 y tuve la suerte de encontrarme con una directora, con una asociación de padres extraordinarias y unos alumnos que me facilitaron la labor e hicieron que me volcara de lleno».

Planells recuerda a Juan Antonio Torres, un «excelente» alumno que perteneció a la agrupación desde casi los inicios. Este viernes, 40 años después, la pequeña Núria Perpinyà Torres, su sobrina de cuatro años, fue una de las protagonistas, debutando en la agrupación que vio nacer. «Nos conocimos en un viaje que hicimos con la colla y así empezamos nuestra relación. A raíz de haber vivido la cultura de cerca ella muestra también este interés y hoy [por este viernes] es el primer día que la hemos vestido», cuenta Natalia Torres, madre de la nueva balladora.