Antonio Colinas durante su discurso.

Antonio Colinas, premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y premio Nacional de Literatura, se ha convertido este lunes en doctor honoris causa de la Universidad de Salamanca (USAL) en un emotivo acto donde ha tenido muy presente en su discurso a la isla de Ibiza, donde residió durante 22 años.

«Recordar Ibiza es recordar mi vida», ha declarado el poeta en plena celebración tras recibir el máximo galardón de la USAL. Sin ocultar la emoción por el reconocimiento, Colinas ha explicado que «ser doctor ‘honoris causa’ es un mérito, pero serlo en la Universidad de Salamanca es algo muy especial. Es una de nuestras primeras universidades y se hace con un rito muy bonito que viene haciéndose desde la antigüedad».

De esta manera, la ceremonia se ha celebrado con la solemnidad y la tradición características en el paraninfo de las Escuelas Mayores.

El poeta recibía el premio como «un honor por el trabajo que he venido desarrollando durante todos estos años. Más de 50 años de escritura, de traducción, de periodismo literario en los que tiene mucho peso los 22 años que viví en Ibiza y donde escribí algunos de mis libros de poemas, ensayos, aforismos o mis tratados de armonía».

Durante el discurso de Colinas, no ha querido olvidarse de los agradecimientos a su madrina en la Universidad de Salamanca, Mari Ángeles Pérez López, ni de su familia por «su comprensión hacia mi trabajo durante más de 50 años que no han estado exentos de muchas pruebas y dificultades». Otro de los puntos en los que Colinas quiso detenerse en su discurso ha sido «lo que para mí es la creación poética. Algo que nace muy pronto, en el origen, en la infancia, en la adolescencia y que va muy unido a lo telúrico. Poesía y vida van siempre unidas, no podemos separarlas». En este sentido, Colinas defiende la poesía como «algo que va muy unido al hombre desde el siglo XX A.C. y no nos va a abandonar. Siempre ha venido unida al ser humano y a todo lo que es importante: todos los temas eternos como la naturaleza, el amor el tiempo, lo sagrado… Todos los grandes valores están siempre en el foco de la poesía. Todas las culturas han tenido siempre poesía, incluso todas las grandes civilizaciones han tenido poesía mística».

Para el poeta leonés, la «contemplación» ha sido el elemento clave que le ha acompañado en su «largo viaje en el tiempo» hacia sí mismo y que le ha permitido «tornar en poesía una voz que no se oía, pero que se sentía en el interior».