A otro perro con ese hueso

Sin embargo, aquello que debería ser puro sentido común se ha visto retorcido por los discursos irracionales y buenistas de un PSOE ibicenco únicamente preocupado por recitar bien el argumentario recibido desde la capital. En sus intervenciones el PSOE ibicenco ha deslizado que la okupación ilegal viene determinada por la negativa de los gobiernos del Partido Popular a limitar los precios de los alquileres declarando las islas como zonas tensionadas.

Pues bien, dato mata relato. Basta dirigir la mirada hacia Cataluña para desmontar tanta cantinela. Cataluña fue pionera en aplicar medidas de control a los precios del alquiler y en declarar zonas tensionadas. Lejos de haberse reducido la okupación, de los datos se desprende que Cataluña concentra casi la mitad de todos los casos de okupación ilegal en España, cifras que maneja el Ministerio del Interior.

Además, declarar zonas tensionadas -como el PSOE ha decidido aplicar en Cataluña-, tiene un efecto contrario al deseado: retraen la oferta de alquiler y con ello agravan la escasez de vivienda.

Si bien preocupa este testarudo empeño del PSOE ibicenco por defender medidas fracasadas, más todavía preocupa el peligroso mensaje que lanza cuando insinúa que la okupación es una suerte de respuesta lógica ante la ausencia de zonas tensionadas. La okupación ilegal es un delito que viola el derecho a la propiedad privada, que genera inseguridad y perjudica a propietario y vecinos.

Cataluña es hoy el espejo en el que deberíamos mirarnos para no caer en los errores de los demás. Allí donde el socialismo ha aplicado con más fuerza estas medidas, ni se ha contenido el precio del alquiler ni ha disminuido la okupación. A otro perro con ese hueso.