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Este próximo verano será el primero en el que se aplique la restricción de entrada de vehículos a la isla de Ibiza. Desde 2019, Formentera limita los vehículos particulares que pueden desembarcar en su territorio en julio y agosto, los meses de mayor afluencia turística. En este aspecto, los vecinos de la Pitiusa del sur llevan ventaja a los ibicencos y tienen más experiencia en establecer cupos, lo que siempre resulta difícil de hacer. Es imposible fijar el tope a gusto de todos, lógicamente.

El Consell de Formentera no está conforme con el cupo que el Consell d’Eivissa ha anunciado para los vehículos de Formentera y ha presentado alegaciones a la Ley de control de afluencia de vehículos en Ibiza. Solicitan que se aumente el número de turismos de Formentera que puedan trasladarse a Ibiza libremente hasta los 120, el doble de los 60 previstos inicialmente. Aseguran que esos 60 «no reflejan adecuadamente la realidad de la movilidad entre islas, ni las necesidades específicas de los residentes de Formentera». Seguramente tengan razón, pero al respecto cabría recordarles a los vecinos del sur lo que sucedió hace 7 años.

En 2018, un año antes de poner en marcha la limitación de acceso de vehículos en Formentera, el Consell d’Eivissa, presidido por Vicent Torres (PSOE), solicitó que no se limitara el acceso a los residentes ibicencos. Es sus alegaciones, Ibiza –entonces gobernada por PSOE y Podem-Guanyem– argumentó que «Ibiza y Formentera son islas hermanas y entendemos que los residentes en Ibiza, al igual que los de Formentera, deben poder desplazarse a la otra isla sin restricción o limitación en cualquier época del año, ya sea por motivos laborales, familiares u otros».

El presidente de Ibiza, Vicent Torres, aseguró entonces que «el movimiento de residentes de Formentera a Ibiza, al igual que, al contrario, no se puede limitar porque supondría importantes inconvenientes para las dos islas». No le hicieron caso.

Formentera sólo autorizó la entrada de un máximo de 120 coches y 20 motos de residentes ibicencos. La cifra de 20 vehículos de dos ruedas, era manifiesta y ridículamente exigua. Recuerdo que entonces (2019) critiqué la racanería del Consell de Formentera con sus vecinos, teniendo en cuenta que el cupo diario total fue de 2.280 turismos (220 de ellos de Ibiza) y 230 motocicletas (20 de Ibiza). Era más fácil obtener plaza en el cupo general que en el de Ibiza. Fue clamar en el desierto. ¡Como si la saturación de las carreteras de la menor de las Balears dependiera de 20 motos más o menos! No les dio la gana y punto. Se trataba de dejar claro quién mandaba. Y Gent per Formentera se mostró implacable.
Recuerdo que advertí que llegaría el día que Ibiza limitaría la entrada de vehículos a la isla, igual que hacía Formentera. Y que entonces los ibicencos deberían tratar a los formenterenses a la recíproca. Pues bien, el momento ha llegado.

Se dirá –y con razón– que los tiempos han cambiado y que ya no gobierna la izquierda en la menor de las Pitiusas. Es cierto. Ahora gobierna el centro-derecha, seguramente por poco tiempo, aunque eso ya se verá. Pero la controversia no ha de resolverse sólo analizando las razones esgrimidas por el Consell de Formentera, todas muy razonables y lógicas. Conviene tener en cuenta lo que se dice ahora, pero también lo que se dijo en 2018 para desestimar las alegaciones del Consell d’Eivissa.

Ahora se pide que no se determine el cupo de Formentera «sólo en función de la población de cada Isla, sino también por la capacidad real de las infraestructuras». ¿Se hizo eso en 2019? No.

El actual equipo de gobierno de Formentera, liderado por Óscar Portas (Sa Unió), ha tenido la picardía de aumentar este año el techo de vehículos de residentes ibicencos autorizados a entrar en la isla: 235 turismos y 50 motos. Y, naturalmente, exhiben tan generosa concesión para pedir que se atiendan sus demandas de mayor cuota. No se puede negar que son astutos.

Apuesto por que Ibiza se comportará con la flexibilidad que Formentera no demostró en 2019 con sus vecinos. ¿Lo merecen? No, pero son vecinos. Atiendan su petición, pero que conste que ellos piden ahora lo que no fueron capaces de dar hace seis años.