Vicent Marí en los juzgados de Ibiza.

El presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, ha recibido esta semana la mejor de las noticias que podía recibir. El juez Rubén Ortega, responsable de la instrucción del caso de La vida islados, ha decretado el sobreseimiento provisional de una causa que nunca tuvo que abrirse y que acabó convirtiéndose en un vergonzoso y vergonzante culebrón. Yo me alegro por el presidente. Como todos, tiene acciones políticas muy criticables pero intentar salvar la economía de Ibiza cuando todo alrededor se hundía no es una de ellas. Y, además, con una de las mejores promociones y canciones que se han hecho nunca relacionadas con Ibiza.

El contrato se hizo en el peor momento de la pandemia, siguiendo los procedimientos que permitía la emergencia y, no lo olvidemos, mientras nos moríamos de asco por los encierros ilegales ordenados por Sánchez. Tampoco olvidemos que mientras políticos como Marí se arremangaban para hacer frente al horror, otros andaban de copas nocturnas, aprovechaban el poder para intentar destruir a los competidores y, sorpresa, trapicheaban, presuntamente, con mascarillas, tests y vaya usted a saber qué más enviándose entre compinches mensajes llenos de besitos. A mí un tío como Koldo me manda un Whatsapp lleno de corazones rosas y vomito.

Otro presidente, Llorenç Córdoba, apura estos últimos días al frente del Consell de Formentera. Bueno, eso si no hay sorpresas de última hora, que en la menor de las Pitiusas no sería nada extraño. Formalmente, Córdoba será desalojado de la presidencia formenterense este viernes gracias a una moción de censura que pone fin a una primera etapa de la legislatura más histriónica de la historia de la isla. Mucho me temo que la tranquilidad no será tampoco la tónica hasta 2027.

PD.- No les negaré que he estado tentada de escribir sobre el cada vez más fuera de onda Rafa Ruiz. Pero, la verdad, bastante tiene el pobre con lo suyo como para, encima, aguantar uno de mis artículos.