Los excesos son una de mis aficiones vitales favoritas. Hay quien defiende que dan una vida más larga, otros se quedan con la llamarada de intensidad, incluso algún místico afirma que su senda lleva al palacio de la sabiduría. Nada que ver con eso que llaman hoy turismo de excesos, que acostumbra a ser de una zafiedad deprimente, bajo cuya vulgar pezuña no vuelve a crecer la hierba de ningún otro viajero.
Opinión
Turismo de excesos
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2 comentarios
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Los culpables son los políticos vendidos. Por un módico precio dan carta blanca a hoteles y discotecas para hacer lo que les de la gana,sin tener represalias por sus atrocidades. Es el todo vale mientras la mordida sea del agrado del político de turno.
Y el exceso de turismo?