Resulta que cada cuatro años, cinco en este caso, ocurre un fenómeno sin igual. Parece que el tiempo se detiene y se entra en una especie de trance en el que el deporte se convierte para muchos en lo más importante. No hablo de fútbol, ni de baloncesto, tampoco se trata del tenis. Hablo del deporte en lo más amplio de su palabra. Si algo tienen los Juegos Olímpicos es que hacen que un asturiano viva con intensidad, como si se estuviese jugando casi su vida, la subida por una pared de un chaval extremeño de 18 años. Un joven cuya existencia desconocía hasta hace poco más de un mes. Es magia.
Opinión
Cada cuatro años...
También en Opinión
- Detenida por intentar okupar de nuevo un restaurante de Sant Antoni
- «Si desaparecen los payeses de Ibiza, los de fuera tendrán el monopolio y los precios se triplicarán»
- Vecinos de Cala de Bou denuncian el vandalismo por parte de jóvenes agresivos: «Estamos desesperados»
- Una conductora borracha cae al mar con su vehículo en el puerto de Ibiza
- Los vecinos de un edificio de la avenida de Sant Antoni, cansados de que un inquilino raye sus coches por resentimiento
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.