No me refiero a la Cataluña que propagaba la Leyenda Negra contra España mientras sus principales prohombres se dedicaban al tráfico de esclavos negros hacia el Caribe, sino a esta Cataluña que ha ido entrando en un proceso tétrico y manipulado hasta caer en las redes de Pujol y sus cómplices en una amplia maniobra para apoderarse del dinero y del alma de los catalanes.

¿Lo ha conseguido? No, a pesar de estar en el poder en diversas formas desde 1978. No han conseguido la mayoría de votos de los catalanes ni han conseguido desterrar el español que es su máxima aspiración. A pesar de auténticas sumas astronómicas invertidas en la educación y en un sistema clientelar que no tiene nada que envidiar al andaluz de Chaves o de Griñán. De hecho ha tenido un efecto rebote contrario a sus fines: ha despertado la conciencia común de los españoles, que recuerdan el largo túnel del franquismo. Tras 40 años de franquismo quieren salir de los 40 del pujolismo.

Más de la mitad de los catalanes ya sabe que para ser un buen catalán no es necesario ser un mal español. De hecho, catalán y español, se complementan sin contradicciones, lo cual irrita profundamente a quienes en los años noventa pretendieron aplicar aquel programa de catalanización, Cataluña 2000, penetrando en las escuelas y en las instituciones. Quizás al hacerlo han descubierto que España unida es un gran país, potente, que causa admiración y envidia en todo el planeta.

Quiero creer que Cataluña saldrá de ésta oscuridad, violencia y división generalizada, ya que entre otras cosas están identificados quienes promueven la lucha callejera y los disturbios. Y quienes han malversado y conspirado.
@MarianoPlanells