Quisiera comenzar este artículo dejando claras un par de cosas: primero, que la ilusión que pueda albergar hacia un movimiento como Podemos en modo alguno me compromete de manera vitalicia ni supone un cheque en blanco a sus actuaciones; y segundo, que ni Iglesias, ni Errejón ni Monedero han inventado los conceptos que enarbolan. El recelo hacia la economía de mercado, la defensa de los Derechos Humanos y la lucha contra la desigualdad no son patrimonio del partido anti-casta.
Dicho esto, el sábado acudí a la ‘Marcha por el Cambio' aprovechando una fugaz visita a mi ciudad natal. Lo hice por convencimiento, pero también por curiosidad como profesional de los medios ante tal experimento demoscópico. Lejos de parecerme un «movimiento totalitario», como ha calificado Esperanza Aguirre la movilización, lo que encontré en la calle de Alcalá fue un grito pacífico de indignación ante el secuestro de la soberanía nacional por parte de una minoría privilegiada y sumisa a la Banca y el poder. Como esperaba, marché hacia Sol respirando el aliento de familias con hijos pequeños, jubilados de alta y baja cuna pero con idéntico compromiso social, estudiantes, inmigrantes. Gente humilde con ganas de coger las riendas de su vida.
Mi sensación es que lo que allí se reclamaba no era otra cosa que vivir con dignidad, con la frente alta y sin temor al futuro; a no poder hacer frente a las facturas, a no poder atender como se merecen a nuestros hijos, nuestros padres o nuestros seres queridos. Tardamos casi dos horas en culminar el escaso kilómetro que separa Cibeles de Sol. En todo ese tiempo intuí que estaba asistiendo a un momento histórico para este país. Y en ningún momento sentí miedo al cambio.
1 comentario
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Buen artículo, espero que sea el inicio del cambio hacia una perspectiva más social y plural, sobre todo plural. Muy pocos medios de comunicación acogen la opinión y la diversidad ideológica (económica y social). Se dedican más bien a "predecir un futuro terrorífico" y desprestigiar la visión diversa. Es decir, exponen aquello que dice y dictamina los poderosos (llamémosle "establishment financiero" y/o político). Nos quieren dar a entender que todo va bien o se está recuperando. Solo hace falta ver la realidad para descartar esa mentira. Respecto con lo que se inicia el periodista Rubén, J. P:, quisiera decir que estoy de acuerdo con ello, este nuevo partido alternativo no es el creador de nada de ello, pero si quien está dando un cierto aliento de esperanza de que se instale una democracia real en la sociedad en general. Los actuales partidos hasta el momento, nos han mostrado la visión teórica, pero la práctica real la han puesto en manos de unos pocos que son los que realmente deciden y se benefician de ello (aquellos con que inicié mi comentario). Por otro lado, este mismo periodista hizo un análisis, el domingo a través de este diario, de las actuales condiciones en las cuales se encuentra el país, exponiendo mediante una brainstorm la situación "infrahumana" en la cual se encuentra una gran mayoría debido a las circunstancias actuales. Sería interesante que más profesionales del periodismo escribieran más artículos relacionado con ello, no por ser populistas sino por ser plurales. Enhorabuena Ruben.