Los jóvenes de Balears que acuden al Projecte Home en busca de ayuda para salir de una adicción lo hacen ya mayoritariamente enganchados al cannabis y a la cocaína, por delante del alcohol, que hasta ahora era la droga más consumida por los adolescentes. Con ser estos datos extremadamente preocupantes, los últimos informes aportan algunas novedades que ponen los pelos de punta. Por ejemplo, que el consumo de cannabis se ha duplicado en la franja de edad comprendida entre los 14 y 18 años, hasta alcanzar al 36'6 por ciento de la población adolescente, que todavía se encuentra en pleno desarrollo físico y emocional. Se trata de una realidad que todos debemos empezar a asimilar, dejando de lado esa nefasta actitud que nos hace pensar que esto sólo le ocurre al vecino. Desde la familia a la escuela, pasando por toda clase de entidades que trabajan con niños y jóvenes y, desde luego, las instituciones, debemos asumir que la droga está ahí, al alcance de todos, y que son muchos, demasiados, los adolescentes que se acercan peligrosamente a ella.

Pero por si esta situación no fuera suficientemente alarmante, desde el Gobierno se alerta sobre la posibilidad de que en los próximos años asistamos a un incremento en el consumo de heroína, la droga dura por excelencia, que debido a su mala fama había ido retrocediendo, así como de nuevas drogas de diseño, estimulantes, para «servir» a un mercado que pide este tipo de «apoyo» para poder cumplir horarios y exigencias laborales cada vez más competitivos. A la postre, lo que nos indican es que tenemos que permanecer atentos, extremar la formación de nuestros hijos y, sobre todo, llenarles el cerebro y el alma con alternativas para que, por sí solos, sepan rechazar ese mundo falso y peligroso.