El informe económico de la CAEB, uno de los más prestigiosos de Balears, prevé por primera vez en varios años un crecimiento positivo para Eivissa y Formentera. A lo largo de los últimos ejercicios, coincidiendo con el gobierno del Pacte, la economía pitiusa ha tonteado con los números rojos, incluso este año, cuando el crecimiento ha sido cero. Ahora, en 2004, consumada la reconquista del PP, la gran patronal de las islas augura por fin un crecimento económico positivo. El azar es perverso, sin duda, pero no tiene sentido dar a esto una vinculación politica, porque en la economía de estas islas no manda la izquierda ni la derecha, ni los impuestos vigentes ni los retirados, sino las economías de Alemania y el Reino Unido. Si Berlín y Londres van bien, Balears crecerá. Si, por el contrario, estos dos mercados continúan de capa caída, Eivissa y Formentera, junto al resto de Balears, se resentirán. Según los expertos, si finalmente se consolida el repunte que se prevé en los mercados alemán y británico, lo notaremos. Pero en realidad no es tan fácil. No sólo es necesario que les vaya bien a nuestros vecinos del norte, sino que nuestras propia economía esté en orden.

Un elemento importante para recuperar turismo ha sido, sin duda, la supresión de la ecotasa, pero aún va a ser más importante gastar en promoción y hacerlo con criterio. Eivissa y Formentera tienen que decidir de una vez por todas cómo compaginar sus distintos modelos de turismo, los consolidados y los posibles (nocturno, familiar, cultural, de sol y playa...) y cimentare nuevo modelo. Eso sí, para que las Pitiüses puedan cumplir con esto necesitan independencia promocional y esto es algo que el PP de estas islas tiene que recordar a Palma todos los días hasta que por fin la gestión de la promoción se realice desde aquí. Sin esto, decir que controlamos nuestro propio destino, nuestra propia economía, es dar una fe de vida a un simple espejismo.