No culpable. Ése ha sido finalmente el veredicto al que ha
llegado el jurado que tenía en sus manos el futuro, la vida y la
libertad de un español en Florida. Doce hombres y mujeres que por
esta vez sí han tenido piedad y han considerado que Joaquín José
Martínez no asesinó a una pareja de narcotraficantes en octubre de
1995, delito por el que ya fue juzgado y condenado a muerte. Tras
esta decisión, el joven podrá salir en libertad, después de haber
estado al filo de la silla eléctrica en el corredor de la
muerte.
Así es y así funciona "o no" el sistema judicial norteamericano.
La cruzada que emprendieron los padres del reo hizo posible que las
miles de aportaciones particulares a su cuenta corriente, muchas de
ellas de ciudadanos de Balears, se convirtieran en los ochenta
millones de pesetas necesarios para contratar a un buen abogado que
forzara la repetición del juicio.
Muchos otros permanecen en la misma situación, alegando una y
otra vez su inocencia, pero sin medios ni apoyos para que la
maquinaria judicial se ponga en marcha. Para Joaquín José Martínez
ha terminado la pesadilla. Ayer recibía el veredicto con un gesto
contenido, sin duda por no poder digerir la idea, aunque poco
después no pudo evitar las lágrimas.
Sólo les llevó una hora y media a los miembros del jurado
alcanzar la conclusión de la inocencia del español y lo han hecho
por unanimidad. Una postura que contrasta demasiado con la petición
de cadena perpetua que proponía el fiscal del caso, apoyándose en
testimonios dudosos, pruebas falsificadas y declaraciones
manipuladas.
Martínez ha pasado cinco años y medio en el infierno y ahora
nadie podrá devolverle lo que ha perdido. Quizá este caso, que ha
tenido una enorme divulgación, pueda servir para que en aquel país
donde más del sesenta por ciento de la población apoya sin reservas
la pena capital, alguien empiece a albergar algunas dudas.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.