El Govern balear ha cumplido ya, en su primer año de vida, la
mitad de los compromisos de descentralización que adquirió en su
programa de gobierno para con los consells insulars. Es una
excelente noticia que redundará en beneficios para los ciudadanos
de las Islas, que ven cómo cada día la compleja Administración que
sostenemos con nuestros impuestos está más cerca, aunque habrá que
reclamar a la vez que la descentralización se haga realidad en
cuanto a los ayuntamientos, que son, en verdad, las entidades más
próximas al ciudadano.
Las ventajas serán especialmente notables en lo que concierne a
las Pitiüses y a Menorca, que siempre han estado marginadas por
parte de Mallorca, que ha sido quien ha acaparado competencias,
administraciones y dineros. De ahí el enorme déficit económico, de
servicios e infraestructuras que padecen las islas menores con
respecto a la mayor.
Las cosas están cambiando, ya era hora. Y ayer le tocó el turno
a una de las competencias más necesarias, la de Bienestar Social,
que el Govern cedió a los consells para que éstos gestionen esta
área a partir de ya mismo. Se trata de un departamento rico, más
que en presupuesto, en contenido, pues acoge asuntos tan delicados
como la infancia, la mujer, la tercera edad, discapacitados y
marginación social. Todo un mundo que durante décadas ha sido casi
despreciado, olvidado, y que reclama atención, inversión y esfuerzo
por parte de las distintas administraciones, que deberán aplicar
desde ahora sus propias políticas y planes de mejora. Los consells,
como es natural, han acogido el traspaso con entusiasmo. Esperemos
que toda esa ilusión se transforme rápidamente en proyectos de
integración, de ayuda y, en fin, de mejora de la calidad de vida de
esos colectivos que, hoy por hoy, necesitan casi de todo.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.