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Las Illes Balears son un territorio de contrastes, todo el mundo lo sabe, pero se acaba de confirmar que tal afirmación va más allá de los cultural, de los paisajístico y de lo folclórico. También se da en lo económico, y de forma brutal. Ocurre "acaban de matizarlo los economistas" que si bien el PIB balear es el más alto de España y uno de los más elevados de Europa, no es correcto aplicarlo para medir la riqueza de los habitantes de las Islas, aunque en otras regiones pueda hacerse. Y ¿por qué? Pues por las peculiares características de nuestra economía, en la que se emplean miles de trabajadores temporales de otras comunidades autónomas españolas y otros tantos extranjeros que residen de forma intermitente aquí. Por ello la riqueza generada aquí en un año "Producto Interior Bruto" no puede dividirse sin más entre el total de los habitantes de las Islas "700.000 censados", puesto que una parte de esa riqueza "los expertos estiman que entre el 12 y el 15 por ciento" retorna con quienes la crearon a sus respectivas zonas de origen. Así que en la realidad más ortodoxa, a los baleares nos toca menos riqueza de lo que creíamos hasta ahora.

Así que no estaría de más que los dirigentes políticos que tan orgullosamente se llenan la boca proclamando a los cuatro vientos que somos una de las regiones más ricas de Europa se centren en la cruda realidad, que no es otra que ésta: tomando en cuenta todos estos datos pasamos a colocarnos por detrás de regiones como Madrid, Cataluña, Navarra, País Vasco, La Rioja y Aragón. O sea, estamos entre los primeros pero no a la cabeza, ni mucho menos. Y si sigue sin llover, Balears, que ya aspira a ser declarada zona catastrófica, se convertirá, en serio, en una catástrofe con diez millones de visitantes anuales sin una gota de agua que llevarse al cuerpo.