La policía española, bajo las coordinación de Baltasar Garzón, ha llevado a cabo una nueva operación antiterrorista en la que ha detenido a personas relacionadas con el entorno etarra, aunque de momento se desconoce su vinculación exacta con la banda. La noticia viene a dar la razón a quienes creen que ETA ha seguido armándose y preparando a conciencia nuevos objetivos terroristas durante los meses de tregua. Lo curioso del caso es que todos los detenidos son destacados dirigentes de entidades más o menos cercanas a la banda terrorista pero hasta el momento diferenciadas, como son las Gestoras, Herri Batasuna y el Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Siempre se ha defendido desde la Audiencia Nacional "ya se demostró con el cierre del diario «Egin»" las estrechísimas relaciones entre los asesinos y sus defensores, aunque éstos nunca hayan empuñado un arma. Estos nuevos acontecimientos han despertado, sin embargo, críticas entre el sector nacionalista moderado e Izquierda Unida, que consideran inoportuno el momento elegido por las fuerzas del orden para proceder a esta operación policial. Unas reticencias de carácter político que resultan absurdas si tenemos en cuenta que la banda terrorista ha cometido ya su primer atentado después de la tregua y, sin duda, prepara otros nuevos. En casos como éste, lo recordó el ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, la política está de sobra y lo que cuenta es el hecho de detener a presuntos terroristas o colaboradores que pudieran propiciar la comisión de nuevos crímenes. Igual que acaba de ocurrir en Irlanda del Norte, lo mejor que podrían hacer ahora mismo los nacionalistas, tanto HB como los moderados, es romper cualquier relación con el terror, dedicarse de lleno a la política y defender exclusivamente desde el estrado cualesquiera que sean sus aspiraciones.