El bloqueo por parte de la oposición de Sant Antoni al proyecto de
la piscina municipal además de levantar inquietud política en este
municipio, al ser el primer aviso de los dos partidos opositores al
Partido Popular que gobierna en minoría, tiene un trasfondo social
mucho más preocupante para los ciudadanos sanantonienses. Bien está
que nuestros políticos discutan hasta la extenuación sobre la mesa
plenaria los problemas de cada municipio, pero lo que no es
coherente es que sigan prorrogando las necesidades de los
ciudadanos durante más tiempo. Ahora, al parecer la solución
definitiva sobre la ubicación de la piscina se tomará durante el
primer trimestre del 2000, como muy tarde. Un nuevo plazo que
lógicamente traerá nuevas quejas y mayores problemas para la
población.
Durante meses, ya años en algunos casos, los clubs deportivos de
Sant Antoni y distintos colectivos y asociaciones han reclamado
unas instalaciones dignas para que, simplemente, se pueda practicar
deporte. Y no han tenido suerte, porque Sant Antoni siendo el
tercer municipio pitiuso goza de una infraestructura deportiva
pobre, escasa para las necesidades del pueblo y muy lejana si se
compara con la de sus vecinos Eivissa y Santa Eulària.
Un año más, un curso escolar más, todos aquellos que quieran
practicar la natación deberán buscarse una plaza fuera del
municipio, con los problemas de transporte y horarios que esto
conlleva. Estos problemas, que los políticos no parecen dar
importancia, son los que realmente irritan a la población. Si la
piscina se encuentra más arriba o más abajo no es trascendente para
esa gran mayoría que viene reclamando una piscina y un pabellón
durante tantos años y que lo que desea es practicar deporte y, por
qué no, ver reflejados sus impuestos en una bonita, moderna y
práctica instalación deportiva que otros ya tienen.
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