EditorialIbiza16/08/24 0:30
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Decenas de embarcaciones se vieron afectadas este miércoles por el fuerte temporal que se vivió en las Pitiusas. Las imágenes de veleros varados en la playa o de embarcaciones chocando entre ellas, sobre todo en Formentera, han circulado durante las últimas horas en los medios y en las redes sociales para confirmar la virulencia con la que Dana llegó a las islas. De los sucesos acaecidos este miércoles destacan la localización de un pescador en Formentera que había desaparecido durante el temporal y el rescate de nueve tripulantes italianos de un velero, dos de ellos heridos graves, que tuvieron que recibir asistencia en Cala Saona.

Advertencia.   

Desde principios de esta semana la Aemet, que en otras ocasiones ha sido criticada por no evaluar las consecuencias de las tormentas, informó puntual y rigurosamente sobre las consecuencias del temporal. De hecho, la Aemet llegó a avisar incluso de la hora con la que Dana podría recalar en las costas de Balears. Y acertó. Dana llegó a Ibiza y Formentera golpeando con fuerza el litoral de las Pitiusas, si bien lo hizo algo antes del pronóstico de la Aemet.

Irresponsabilidad.

Todos los ciudadanos de Ibiza y Formentera sabían desde hace días que el temporal sería muy fuerte, con imprevisibles consecuencias. Pese a ello, muchos propietarios de embarcaciones decidieron hacer caso omiso a la advertencia. Siguieron en sus barcos disfrutando del mes de agosto como si no ocurriera nada. Y ocurrió, como se ha visto en las imágenes difundidas durante las últimas horas. Se supone que los propietarios de grandes embarcaciones conocen los riesgos de los temporales, pero optaron por no darle importancia. Actuaron con irresponsabilidad, poniendo en riesgo su propia vida y la de los servicios de emergencia. Durante este miércoles los barcos tendrían que haber permanecido durante todo el día a resguardo, pero algunos irresponsables no tomaron ni una sola medida de seguridad creyendo que Dana no tendría consecuencias o, lo que es peor, sin tener ni la más mínima constancia de las previsiones meteorológicas. Cuesta entender que unos pocos pongan en riesgo su vida de manera tan irresponsable.