La huelga de basura sufrida en Santa Eulària, Sant Josep y Sant Joan fue desconvocada finalmente este pasado martes tras más de cuatro horas de negociaciones en el TAMIB entre el sindicato CCOO y las concesionarias Herbusa y la UTE Es Vedrá. Finalmente, la intervención de las alcaldesas Carmen Ferrer, Tania Marí y del alcalde Vicent Roig fue fundamental para poner fin a una huelga que amenazaba con crear graves perjuicios a residentes y turistas. Finalmente, los empleados lograron que las dos empresas concesionarias se comprometieran a un incremento de un 8,5 % en 2024, un 4,5 % para 2025, un 4 % para 2026 y un 4 % para 2027, lo que supone un aumento global en este período de este 21 %. Los ayuntamientos pagarán más a las concesionarias para que puedan asumir este importante incremento salarial.

Agradecimiento.

La empresa Herbusa emitió un comunicado en el que agradeció «la paciencia de los ciudadanos y empresarios» y, por otra parte, las intervenciones en las negociaciones «de las alcaldesas Carmen Ferrer y Tania Marí, y la del alcalde Vicent Roig». Sin ellos, dice la empresa, no hubiese sido posible el acuerdo.    Realmente los tres alcaldes se implicaron desde el primer momento en intentar evitar el conflicto y su participación fue decisiva para poner fin a la huelga y alcanzar la paz social.

Las Pitiusas.

De este conflicto laboral hay que sacar dos conclusiones. En primer lugar, y la más importante, que gobernar implica solucionar los problemas aunque no sean estrictamente las competencias de los políticos, que es lo que ha ocurrido con la huelga de las basuras y los tres alcaldes afectados. Hay que destacar el papel vital jugado por Carmen Ferrer, Tania Marí y Vicent Roig que, como dice Herbusa, han sido claves para alcanzar un acuerdo. Valía la pena aumentar las partidas que cobran las empresas de los ayuntamientos para que los trabajadores cobrasen más y así se hizo en la última reunión. También hay que destacar negativamente el oportunismo del PSOE, cuyo cambio de liderazgo no ha supuesto ninguna variación. El PSOE ibicenco sigue siendo un partido a la deriva y que incluso ha aprovechado la huelga de las basuras para hacer política partidista, aunque con escaso resultado porque los tres alcaldes han sabido jugar su papel, que no es otro de hacer política y, en este caso, con mayúsculas.