El consabido fracaso que ha supuesto dejar en manos de Elena López la gestión del ascenso de la UD Ibiza no es, lamentablemente, el único. A pesar de que es muy necesario que la ciudad cuente con un pabellón polideportivo más, sin perjuicio del que ha anunciado el Consell d'Eivissa en el complejo de es Raspallar, y de que el Ayuntamiento tiene el compromiso del Govern desde diciembre de hace dos años de destinar 400.000 euros a la redacción del proyecto de la instalación, el pabellón es a día de hoy una entelequia. La cronología de los hechos pone los pelos de punta ante la irresponsabilidad e incapacidad que dibuja la actuación municipal.
Retraso difícil de entender.
El Govern cumplió con su responsabilidad y entregó en mayo del año pasado un anteproyecto de un pabellón en el solar de Can Cantó que le indicó el equipo de gobierno. Sorprendentemente, ocho meses después, en enero, el gobierno de PSOE y Unidas Podemos decidió que era preferible que el proyecto se ubicara en un solar entre el estadio de Can Misses y la E20. Pocos meses después, en mayo, el Govern entregó un nuevo anteproyecto y hoy todavía espera el visto bueno del Ayuntamiento para poder arrancar la fase de redacción del proyecto. Los grandes perjudicados de esta inexplicable desidia son los centenares de deportistas que entrenan y juegan al aire libre y que sufren constantes anulaciones de sesiones y competiciones por las inclemencias.
Mentira inaceptable.
El Ayuntamiento se ha negado a informar de la ubicación seleccionada, de los motivos que le llevaron a cambiar Can Cantó por Can Misses y de por qué no ha dado su visto bueno al anteproyecto presentado aún. Y, lo que es aún peor, mintió a los vecinos cuando aseguró que el proyecto había quedado aparcado debido a la crisis sanitaria derivada de la pandemia, afirmación que la cronología del Govern desmiente, y que la redacción del proyecto estaba muy avanzada cuando aún no ha empezado. Es difícil imaginar a alguien que pueda gestionar peor un asunto sin complicación alguna.