Tal como avanzó Periódico de Ibiza y Formentera en su edición del miércoles, el Govern ha decidido prorrogar en Ibiza las actuales restricciones 15 días más y suavizar mínimamente las de Formentera. Las medidas han contado con el respaldo unánime del Consell d'Eivissa y del Consell de Formentera y de todos los ayuntamientos y, por ende, de todos los partidos con representación local. El Govern justifica que la prórroga de las férreas restricciones en todas las islas es el único camino para que Baleares pueda aspirar a tener temporada turística, ya que la vía de la inmunidad de rebaño a través de la vacunación es lamentablemente una quimera. La elevada incidencia de la cepa británica también ha sido un factor determinante para mantener el actual semiconfinamiento. El colapso sanitario de las últimas semanas y el elevado número de fallecidos son motivos que también avalan la decisión.
Los empresarios estallan.
A pesar de que son los principales beneficiarios sobre el papel de la medida, los empresarios no comparten los razonamientos y están molestos también porque no han sido consultados, argumentos comprensibles, máxime en un momento de máxima dificultad que no se compensado con una plan de ayudas razonable. La mínima apertura de Formentera, donde la hostelería podrá abrir sus terrazas hasta a las 18 horas con la mitad del aforo y con cuatro personas por mesa, ha evitado que se propaguen los primeros indicios de rebelión de Ibiza.
No se ve la luz.
El comportamiento del Govern en la isla de Menorca, donde en los últimos 10 días solo se han registrado dos contagios y solo se tiene constancia de un contagio por cepa británica y la sospecha de otro, no invita al optimismo para una pronta reapertura, ya que las restricciones son también notables si se compara con la baja incidencia del virus. De todo ello y de las declaraciones de ayer, se deduce que las fuertes restricciones no se relajarán hasta que se alcance un nivel de inmunidad elevado. Urge, en este escenario, revisar el plan de ayudas del Govern y que el Gobierno aclare de una vez su vago plan de inyectar 11.000 millones a la hostelería y el turismo.