Los presupuestos del Gobierno Sánchez recortan un 11’7% las inversiones en Balears y las sitúan por debajo de la época de Rajoy. Este hecho constituye un agravio de enorme calado ante el que la sociedad balear no debe ser indiferente. Tal desprecio contrasta con la generosidad hacia la ‘rebelde’ Catalunya o la Comunidad Valenciana, una de las, al parecer, autonomías favoritas del Ejecutivo.

O incluso hacia Andalucía, por mucho cambio político que se haya producido. Por contra, Balears ha sido ubicada de nuevo en el furgón de cola de las inversiones junto a las también periféricas Galicia y La Rioja. De nada ha servido la movilización de toda la sociedad civil y de todos los partidos políticos por hacerse oír con el Régimen Especial Balear (REB). El fracaso ha sido total.

El REB es solo humo

Pese a los esfuerzos del actual Govern y de la sociedad civil, que le ha dado apoyo en este aspecto clave, los recortes de Sánchez reducen el REB a la nada. El precepto constitucional de que los Archipiélagos merecen una especial consideración por parte del Estado se ha conculcado para Balears.

Lo peor es que este agravio va creciendo de con independencia de cual sea el color político de Moncloa. Con los años y con los desprecios, las Islas van dando muestras de agotamiento de sus recursos inversores, que por fuerza acaban por afectar a la actividad económica. Los ejemplos de este agotamiento son incontables, sobre todo en la imposibilidad de acometer proyectos importantes.

Armengol, en evidencia

Es indiscutible que estos presupuestos son un fracaso para la presidenta Armengol. Sus constantes intentos de acercamiento a su correligionario Sánchez no han servido de nada. El dinero se va ido a autonomías menos dóciles. Moncloa destina dinero a espuertas para los autogobiernos valenciano y catalán, pero se olvida de que más al este existe un archipiélago plagado de necesidades. Armengol está obligada a hacer pública su decepción con la máxima contundencia.