El miércoles trascendió que el propietario de un piso en Platja d’en Bossa había insertado un anuncio en una web en el cual ofrecía dos habitaciones a cambio de 150 euros mensuales y derecho a una relación íntima a la semana. El anuncio, que ha sido retirado de la web, había sido insertado por alguien que buscaba dos inquilinas de sexo femenino. Además de sexo semanal, el propietario pedía tres meses de fianza.

Incomprensible.
Este anuncio vergonzoso confirma, de nuevo, que este tipo de webs no ejercen ningún tipo de control sobre lo que se publica y oferta. ¿Acaso no hay unos filtros para conocer, al menos, si la propiedad es real? ¿No se identifica convenientemente a la persona que difunde un anuncio? ¿No sería recomendable que la administración obligase a estas webs, que tienen tanta popularidad, se vean obligadas a cumplir una serie de requisitos antes de ser publicado? ¿O realmente en la red no hay ni ley ni orden? Por lo leído hace unos días parece que todo se puede publicar, incluso si el anuncio afecta la dignidad de las personas.

Todo sigue igual.
Pero lamentablemente el polémico anuncio es uno más de los que se llevan publicando ante la falta de vivienda en Ibiza. La situación lleva a la picaresca y la administración ha demostrado su incapacidad para acabar con esta burbuja inmobiliaria, que está creando graves problemas a aquellas personas que no tienen una vivienda en propiedad. Los precios para alquilar siguen subiendo en Ibiza y ni pagando mucho dinero se encuentra oferta para aquellos que vienen a trabajar a la isla ni para los que residen todo el año en ella. De hecho, se ha convertido en habitual ver ofertas con habitaciones por 600 u 800 euros al mes y pisos de sólo una habitación que superan ampliamente los 1.500 euros mensuales. Y ya se sabe que, ante estas situaciones, aparecen la picaresca y los abusos. Lamentablemente, ya hace demasiado tiempo que se sufre esta situación en las Pitiusas.