Eivissa06/04/17 4:00
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Empieza a ser una costumbre que los informativos de los canales de televisión nacionales saquen algunas noticias sobre el problema de la vivienda en Ibiza. El último caso que ha despertado mucho la atención, y es lógico, es el anuncio del propietario de una furgoneta que la alquila por 650 euros al mes como vivienda, sin baño ni cocina. Para ducharse, según el propietario del vehículo, el inquilino deberá utilizar algún gimnasio de la isla. Además, los interesados deberán abonar una fianza y pagar el seguro del vehículo. Sin duda, un reflejo muy claro de la desesperación que se está produciendo por la falta de vivienda en Ibiza.

Sentido común. Ibiza se está convirtiendo en la isla donde se pone el foco sobre el problema de la vivienda. Ya no es que haya alquileres caros, sino que faltan pisos para alojar a los trabajadores que quieren venir a hacer la temporada en la isla. Lo primero que hacen las empresas al entrevistar a un futuro trabajador es preguntarle si tiene vivienda en Ibiza. En caso contrario, seguramente no será contratado ya que es muy posible que abandone el puesto de trabajo en cualquier momento por no disponer de una habitación para pasar los meses de verano. La situación se ha vuelto insostenible.

Soluciones empresariales. A la espera de que las administraciones tomen soluciones efectivas para que Ibiza deje de ser noticia cada semana por sus problemas de vivienda, los empresarios sí se han puesto manos a la obra para resolver la situación. Hace unos días informábamos que un nuevo grupo hotelero ha comprado más de 40 pisos para que sean ocupados por sus trabajadores, que pagarán un alquiler razonable para poder vivir en Ibiza. Otros grupos turísticos han hecho lo mismo, cansados de que el propio mercado, y mucho menos las instituciones, sean capaces de solventar la situación. Hay que hacer algo con urgencia. Basta de mesas redondas, concentraciones, e ideas que no sirven para nada. Hay que tomarse el problema en serio porque Ibiza ya empieza a dar una imagen que no le conviene lo más mínimo a una isla que presume de ser el primer centro turístico del mundo.