El juicio del ‘caso Nóos' ha recogido el testimonio de dos personajes clave para la defensa de los intereses de Iñaki Urdangarin y de su esposa, Cristina de Borbón. El que fuera secretario de las Infantas, Carlos García Revenga, y el asesor de don Juan Carlos en temas jurídicos José Manuel Romero han coincidido en distanciar a la Casa Real de los negocios del matrimonio en Nóos y sus empresas vinculadas. La estrategia de los abogados de los exduques de Palma ha quedado en entredicho, aunque será el tribunal el que deberá ajustar la credibilidad respecto a la ausencia de implicación y conocimiento del entonces jefe del Estado en cómo obtenía el sostén económico familiar su yerno.

Manos Limpias bajo sospecha. Mientras Revenga y Romero negaban cualquier control de la Casa Real sobre los manejos de Urdangarin y Torres, la detención de los máximos dirigentes de Ausbanc y el sindicato Manos Limpias, Luis Pineda y Miguel Bernad, respectivamente –acusados de extorsionar entidades financieras y particulares para retirar denuncias judiciales–, ha supuesto un duro golpe a la credibilidad de la acusación popular contra la Infanta en el ‘caso Nóos', ejercida por la letrada Virginia López Negrete. El tribunal ha optado por la prudencia y pospone hasta el fin de la vista el determinar el alcance de las consecuencias que sobre el ‘caso Nóos' tendrán ambas detenciones. En consecuencia, no ha accedido a la expulsión de Manos Limpias, tal y como solicita el abogado de Diego Torres.

Las responsabilidades. Por sospechosa que pueda ser la acusación popular mantenida por Manos Limpias en Nóos, que exigió hasta tres millones de euros para retirar su acción contra la Infanta, forzar su retirada podría significar la invalidación de todo el juicio. La hija de don Juan Carlos, como advierten sus defensas, no puede salir por la puerta falsa de todo este proceso convencidos como están de su inocencia. Buscan la exculpación judicial. Habrá que esperar la sentencia.