El presidente regional del Partido Popular, José Ramón Bauzá, anunció ayer la convocatoria de un congreso regional para el próximo mes de septiembre y su renuncia a la reelección. La decisión es la consecuencia del enorme fracaso electoral que cosecharon los conservadores en los comicios del pasado domingo, una debacle que aparta –sin posibilidad de acuerdos– al PP de las instituciones autonómicas y ayuntamientos más emblemáticos de Balears; un escenario desconocido desde 1983 y de la que él es su principal responsable. Así lo entendieron algunos de los asistentes en sus intervenciones ante la Junta Regional, muchas de las cuales corrieron a cargo de destacados exdirigentes.

Un elemento tóxico. Han tenido que producirse los nefastos resultados del 24-M, en los que el PP de Balears supera ampliamente los retrocesos generalizados en el resto del España, para que sus responsables en las Islas tomen conciencia del efecto tóxico que han tenido en el conjunto de la sociedad las políticas de Bauzá. El rechazo al fondo y las formas se ha ido extendiendo de manera paulatina durante toda la legislatura sin que, justo es advertirlo, no se haya producido la más mínima voz crítica en los órganos de dirección interna. En este contexto, la salida de Bauzá es inevitable, aunque tardía, y con él todo su equipo, para que, en el futuro, el PP balear pueda intentar recuperar su espacio y la confianza de los ciudadanos.

El equilibrio perdido. El PP de las Islas tiene por delante la ardua tarea de reconquistar el terreno perdido en su conexión con las demandas sociales y con unas formas de entender la gestión que, durante años, le han servido para detentar el poder con amplios apoyos electorales. La gestión de Bauzá, tanto en el partido como en el Govern, se ha caracterizado por la radicalidad y la intransigencia en casi todos los frentes, incluso en aquellos que conforman la esencia del pueblo balear. El futuro congreso extraordinario del PP, que deberá autorizar la dirección estatal, es una oportunidad única para desterrar una forma de gobernar que le ha llevado al desastre.