En un estudio de asociación de todo el genoma (GWAS) de perros labradores, investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han identificado un gen relacionado con la obesidad, el DENND1B, que también puede influir en la obesidad en los seres humanos.
Estos hallazgos, publicados en 'Science,' resaltan el valor de utilizar modelos animales no tradicionales para estudiar enfermedades complejas y destacan el potencial del gen como objetivo para futuras investigaciones sobre la obesidad en todas las especies.
Los perros son un modelo convincente de la obesidad humana, en parte porque desarrollan obesidad debido a influencias ambientales similares a las de las personas. La obesidad es una enfermedad hereditaria compleja influenciada tanto por factores biológicos como ambientales. Si bien la investigación sobre la obesidad humana ha identificado numerosos loci genéticos que desempeñan un papel en la enfermedad, comprender los mecanismos detrás de estas asociaciones sigue siendo un desafío.
Los perros ofrecen un modelo valioso, aunque infrautilizado, para estudiar la obesidad, incluso en humanos. Sin embargo, a pesar de la alta prevalencia de obesidad en perros domésticos (40-60%), la base genética de la obesidad canina aún se entiende poco; solo unos pocos estudios arrojan luz sobre sus complejos patrones de herencia.
Natalie Wallis y su equipo de la Universidad de Cambridge realizaron un GWAS canino para la obesidad en 241 labradores retrievers, una raza de perros particularmente propensa a la obesidad. Utilizando un enfoque interespecífico, identificaron múltiples genes vinculados a la obesidad en perros y humanos por igual. Entre ellos, DENND1B , que desempeña un papel en los procesos celulares cruciales para la regulación de la energía, surgió como la asociación genética más fuerte con la obesidad canina, influyendo en la "puntuación de condición corporal" (BCS) y el peso corporal.
Según Wallis, DENND1B también está altamente conservado en todas las especies y comparte fuertes similitudes genéticas con su contraparte humana. En trabajos anteriores en humanos, los investigadores encontraron vínculos significativos entre las variantes de DENND1B y el índice de masa corporal.
En este estudio, los autores identificaron una mutación rara y dañina de DENND1B que parece alterar la regulación de la energía, en un paciente humano severamente obeso. También demostraron, en perros, que el riesgo de obesidad estaba influenciado en parte por la conducta alimentaria, destacando el papel de las interacciones genes-ambiente y reforzando estudios humanos que muestran que, en entornos con abundante comida, un mayor apetito está vinculado a un mayor riesgo de obesidad.
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