Hacer bien tus facturas
Para realizar facturas puedes delegar en tu asesor, que se encargará de cocinar todos los apartados correctamente, o bien hacerlo por ti mismo. En este caso, cuentas con multitud de programas de facturación que te permite realizarlas. El inconveniente es que estos programas no son gratuitos, lo que supone un gasto más.
Puedes elaborar una hoja de Excel con las fórmulas adecuadas para realizar la facturación sin que te cueste ni un céntimo. La decisión de una votación es cuestión personal. Pero una factura hade tener ciertos datos que son obligatorios. Para comenzar, la factura debe tener todos tus datos y los de la empresa o persona a la que vas a facturar. Debes solicitarlos antes de emitirlas si no los tienes ya.
Cuando se comienza el ejercicio fiscal habrás de poner el contador a cero, es decir, si has finalizado a 31 de diciembre con 200 facturas emitidas, una buena señal, la primera que hagas al año siguiente deberá comenzar una nueva serie cuyo primer número será el1. Lo más habitual es nombrar la factura con el año seguido de un guion o una barra con el número de factura.
La fecha de la factura es extremadamente importante, ya que debe ir correlativa con la numeración de esta. No puedes emitir una factura en una fecha concreta y que la siguiente sea de una fecha anterior. Si mandas esto a la Seguridad Social puede que te pidan explicaciones y con mucha razón. ¿Ves lo importante que es hacerlo bien? Sigue leyendo y aprende como se factura correctamente.
Otro de los puntos obligatorios a la hora de hacer una factura es poner el concepto. Esto no es más que una breve descripción de una línea del trabajo por el que estás facturando. Puede ser la creación de un artículo de marketing digital o la reforma de un dormitorio.
La base imponible es lo que vale tu trabajo antes de impuestos. Es algo que, de forma general, ya habrás acordado previamente con el cliente. Antes de realizar un presupuesto, asegúrate que lo que vas a cobrar es lo que realmente deseas, autónomos novatos quizás no tengan en cuenta los impuestos y luego se terminan llevando un chasco. Ten presente que eso es algo de lo que no tiene la culpa tu cliente, por tanto, tómate tu tiempo para elaborar bien un presupuesto y que la factura luego no dé lugar a error.
Después vienen los impuestos, estos son el IVA y el IRPF. El primero no es necesario en todas las facturas, de hecho hay profesiones que están acogidas a la Ley 37/1992 del IVA, por la cual su trabajo no tributa este impuesto. La aplicación del valor IVA dependerá del tipo de producto o servicio que realices. El IVA puede ser del 4 %, del 10 % o del 21 %, siendo este último el más habitual. Hay facturas en las que puede que tanto el IRPF como el IVA no sea de aplicación, hablamos de productos o servicios a otros lugares del mundo. Por ejemplo, no puedes tributar el IRPF, que es un impuesto español, si has realizado un trabajo online a un cliente de Alemania.
El IRPF es un descuento que aplicas en tu factura y que puede ser reducido, del 7 % o genérico del 15 %. En tu primer año de actividad como autónomo y los dos siguientes podrás aplicar el reducido.
Finalmente tienes que consignar un método de pago. De manera general se utiliza la transferencia bancaria, pero poner métodos alternativos no es ningún tipo de inconveniente. Puedes utilizar plataformas de pago como PayPal o Bizum para poder recibir el importe de tus facturas. También es interesante que pongas cuándo es el vencimiento de esa factura. Aunque lo más habitual es que ponga que sea a la vista, es decir, cuando el cliente la reciba.
Ahora ya sabes cómo se realiza correctamente una factura, todos los datos que ha de llevar y la importancia de realizarlo todo de manera correcta. De esta manera, te vas a evitar problemas futuros, por lo qué a medida que vayas realizando facturas, ya lo verás como algo prácticamente automático. Todas tus facturas son el fruto de tu trabajo, por lo que no escatimes esfuerzos en realizarlas de la mejor manera posible.