Los signos de alarma más habituales del reflujo son los siguientes: sensación de ardor en el pecho, conocida como acidez, dolor torácico o en el pecho, dificultad para tragar, regurgitación o tos irritativa. Otros síntomas derivados del reflujo son los problemas de asma, los trastornos del sueño o la laringitis, tal y como destacan los expertos de Mayo Clinic.
No obstante, como revela la encuesta, siete de cada 10 personas no consideran que la tos y la falta de voz o disfonía sean signos relacionados con el reflujo. En este sentido, el desconocimiento de los síntomas y el empleo de remedios o tratamientos sin evidencia científica «contribuye a agravar la situación, ya que se puede producir un daño esofágico con consecuencias como el esófago de Barrett, que predispone al paciente al cáncer de esófago», subraya la coordinadora del Grupo de Trabajo de Aparato Digestivo de SEMERGEN, la doctora Mercedes Ricote.
En el caso de padecer acidez estomacal de forma recurrente es importante acudir al médico para obtener una valoración y un diagnóstico que concluya cuál es el origen de este problema porque «un diagnóstico tardío puede empeorar su pronóstico», añade la experta.
Una de las recomendaciones de los profesionales sanitarios para tratar de reducir la frecuencia del reflujo o aliviar los síntomas es modificar el estilo de vida y adoptar hábitos saludables. «Una de cada cinco personas recurre a remedios caseros sin validez científica, como el bicarbonato o tomar leche, para solucionar síntomas relacionados con el reflujo esofágico, lo que puede dificultar su diagnóstico y tratamiento», destaca la encuesta.
Entonces, ¿cómo podemos combatir la acidez y el reflujo? En primer lugar, es esencial mantener una dieta variada y equilibrada que incluya frutas, verduras, fibra, legumbres y cereales. Es recomendable evitar comidas copiosas y productos ricos en grasa, además de comer despacio y masticar con cuidado los alimentos.
Por otro lado, desde Mayo Clinic subrayan que el exceso de peso «hace presión en el abdomen, empuja el estómago hacia arriba y provoca que el ácido suba al esófago», por lo que es muy importante mantener un peso saludable para prevenir el reflujo. Además, hay que evitar el consumo de tabaco porque «disminuye la capcidad del esfínter esofágico inferior para funcionar correctamente» y alimentos o bebidas que empeoren los síntomas como «alimentos fritos, salsa de tomate, alcohol, chocolate o cafeína».
El tratamiento del reflujo dista mucho según la persona, aunque en la mayoría de casos los síntomas mejoran cuando «se reducen o eliminan aquellos estilos de vida o factores dietéticos causantes de su sintomatología», indica Adriana Oroz, nutricionista del portal Alimmenta.
De esta manera, la experta en dietética y nutrición ofrece una serie de consejos para establecer hábitos que faciliten la digestión y contribuyan a aliviar los síntomas asociados al reflujo.
Además de una dieta equilibrada, se recomienda «distribuir la ingesta total del día en cinco tomas, mejor que tres, para evitar picar entre horas». Hay que evitar el cáfe «ya que aumenta la acidez de estómago y es un alimento excitante». En lugar de esta bebida, se aconseja el consumo de infusiones como «manzanilla, anís verde, melisa, naranjo amargo o azahar, tomillo o lúpulo».
Por otro lado, la experta subraya que hay que aumentar «la ingesta de ácidos w-3 y w-6 por su acción antiinflamatoria, cenar mínimo dos o tres horas antes de ir a dormir, no tumbarse justo al acabar de comer y no utilizar ropa ajustada».
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