Las fresas son sin embargo el símbolo junto con los bombones del romaticismo y protagonistas del día de los enamorados. El color rojo de las fresas transmite y acompaña el mensaje que queremos transmitir el día de San Valentín: amor. Además, regalar frutas es salud y seguro que es el ingrediente perfecto de ese postre que vas a preparar y es que las posibilidades de las fresas en la cocina son muy numerosas.. Esta apreciada fruta tiene pocas calorías pero es muy rica en vitaminas nutritivas y otras propiedades.
En su composición encontramos mayoritariamente agua, seguida de hidratos de carbono (fructosa, glucosa y xilitol) y fibra. Entre las vitaminas que contienen las fresas la más abundante es la C, pero también son ricas en ácido fólico, vitamina E y betacarotenos, mientras que el potasio constituye el mineral mayoritario. Las fresas tienen ácidos orgánicos como el salicílico, el málico y el oxálico, así como flavonoides (antocianinas), que son pigmentos vegetales con una importante función antioxidante.
Gracias al papel antioxidante que ejercen las fresas en el organismo bloquean o neutralizan el efecto de los radicales libres, responsables, entre otras causas, del envejecimiento y de enfermedades cardiovasculares.
Además, la vitamina C mejora la absorción del hierro de los alimentos, por lo que es útil en casos de anemia ferropénica.
Por su parte, el ácido fólico es imprescindible para la división y proliferación celular y clave en la prevención de la espina bífida. Así, las mujeres en edad fértil y las embarazadas deben asegurar su ingesta.
Como son ricas en fibra, mejoran el tránsito intestinal. Además, su consumo permite que nos beneficiemos de otras funciones de la fibra, por ejemplo, el equilibrio de las cifras de colesterol y glucosa sanguínea.
Ricas en potasio y pobres en sodio, las fresas facilitan la diuresis y resultan beneficiosas en casos de hipertensión arterial, retención de líquidos, hiperuricemia o gota. Sin embargo, las personas con insuficiencia renal o cálculos renales de oxalato deberían evitar su consumo, ya que las fresas contienen ácido oxálico.
Las personas con ciertas patologías oftalmológicas se pueden beneficiar del consumo de fresas. Contiene pigmentos como la luteína y la zeaxantina, importantes para la salud ocular, que resultan beneficiosos en casos de degeneración macular asociada a la edad, por ejemplo.
Pero las fresas también favorecen la salud bucodental. En este sentido, el odontólogo Iván Malagón resalta la acción del xilitol, un componente del que las fresas son fuente natural. Este especialista expresa que, además de combatir la placa dental, el xilitol de las fresas inhibe la desmineralización que se produce por la disminución del PH de la boca y que tiene como consecuencia el desgaste del esmalte dental.
La Fundación Española del Corazón también reivindica las propiedades nutricionales de las fresas, por sus efectos cardiosaludables y su influencia positiva en el control de la hipertensión. No obstante, los cardiólogos de esta Fundación destacan que no se trata de atiborrarse de estos frutos y dejar a un lado otros aspectos esenciales de un estilo de vida saludable, como reducir la ingesta de grasas saturadas, practicar ejercicio físico a diario o tomar otras frutas y verduras.
Del mismo modo, indican que se deben consumir al menos dos o tres raciones de fruta al día. Lo ideal es variarlas para así obtener mayor diversidad de nutrientes.
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Fresas en Febrero?