El consumo de cannabis afecta a la memoria de las personas. | Ekaterina from Pixabay

Expertos del campus médico Anschutz de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) han explorado los efectos del consumo reciente y a lo largo de la vida de cannabis sobre la función cerebral durante las tareas cognitivas, y han descubierto que fumar cannabis afecta a la memoria de trabajo, independientemente del momento de inicio.

El estudio, publicado en 'JAMA Network Open', es el más grande de su tipo que se ha realizado hasta ahora, examinó los efectos del consumo de cannabis en más de 1.000 adultos jóvenes de entre 22 y 36 años utilizando tecnología de imágenes cerebrales. Los investigadores descubrieron que el 63% de los grandes consumidores de cannabis a lo largo de su vida mostraron una actividad cerebral reducida durante una tarea de memoria de trabajo, mientras que el 68% de los consumidores recientes también demostraron un impacto similar.

Esta disminución de la actividad cerebral se asoció con un peor rendimiento de la memoria de trabajo, la capacidad de retener y utilizar información para realizar tareas. Por ejemplo, la memoria de trabajo permite a una persona seguir instrucciones que acaba de recibir o visualizar y manipular mentalmente la información, como resolver un problema de matemáticas.

«A medida que el consumo de cannabis continúa creciendo a nivel mundial, estudiar sus efectos en la salud humana se ha vuelto cada vez más importante. Al hacerlo, podemos proporcionar una comprensión integral tanto de los beneficios como de los riesgos del consumo de cannabis, lo que permitirá a las personas tomar decisiones informadas y comprender plenamente las posibles consecuencias», aporta el primer autor del estudio, Joshua Gowin, profesor adjunto de radiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado en el Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado.

En el estudio, se considera a los consumidores habituales como adultos jóvenes que han consumido cannabis más de 1000 veces a lo largo de su vida, mientras que los que lo han consumido entre 10 y 999 veces se consideran consumidores moderados y los que lo han consumido menos de 10 veces se consideran no consumidores. Así, los investigadores estudiaron la respuesta neuronal de los participantes durante una sesión de resonancia magnética y les dieron siete tareas cognitivas para completar.

Las tareas ponían a prueba la memoria de trabajo, la recompensa, la emoción, el lenguaje, las habilidades motoras (como tocar con un dedo para mapear el control cerebral), la evaluación relacional y la teoría de la mente.

De esta forma, los investigadores descubrieron que el cannabis tenía un efecto estadísticamente significativo en la función cerebral durante las tareas de memoria de trabajo, lo que significa que es muy poco probable que el impacto observado se deba a la casualidad. Este efecto se observó tanto en los consumidores de cannabis recientes como en los que habían consumido cannabis durante toda su vida. El impacto fue menos significativo en las otras tareas.

«Aplicamos los estándares más altos a nuestra investigación, estableciendo umbrales rigurosos para la significación estadística en las siete pruebas de función cognitiva. Para minimizar el riesgo de falsos positivos, empleamos la corrección de la tasa de descubrimiento falso (FDR). Si bien algunas de las otras tareas indicaron un posible deterioro cognitivo, solo la tarea de memoria de trabajo mostró un impacto estadísticamente significativo», agrega Gowin.

Durante las tareas de memoria de trabajo, los investigadores descubrieron que el consumo excesivo de cannabis parecía reducir la actividad cerebral en ciertas áreas del cerebro (corteza prefrontal dorsolateral, corteza prefrontal dorsomedial e ínsula anterior). Estas regiones del cerebro están involucradas en funciones cognitivas importantes como la toma de decisiones, la memoria, la atención y el procesamiento emocional.

Sin embargo, Gowin menciona que su investigación también sugiere que abstenerse de consumir cannabis antes de realizar una tarea cognitiva podría ayudar a mejorar el rendimiento. «Las personas deben ser conscientes de su relación con el cannabis, ya que la abstinencia repentina también podría afectar su cognición. Por ejemplo, los consumidores habituales pueden tener que ser más cautelosos», dice Gowin.

«Todavía quedan muchas preguntas por responder sobre el efecto del cannabis en el cerebro. Ahora se necesitan estudios a gran escala y a largo plazo para entender si el consumo de cannabis altera directamente la función cerebral, cuánto duran estos efectos y cuál es su impacto en diferentes grupos de edad», concluye.